No es una película perfecta, pero sí necesaria
Adaptación del libro homónimo de Colleen Hoover, Romper el círculo sigue la historia de Lily (Blake Lively), una mujer que está intentando retomar las riendas de su vida. En ese proceso conoce a Ryle (Justin Baldoni), un hombre encantador con quien más adelante empieza una relación. Todo parece perfecto en la vida de ambos hasta que reaparece Atlas, el primer amor de Lily, y las cosas empiezan a salirse de control.
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Por Nela Machado
Romper el círculo (It Ends With Us, 2024. dir. Justin Baldoni) llega a los cines de Argentina, Venezuela y otros países de Latinoamérica esta semana, y lo hace dividiendo la opinión de la crítica. La película enfoca una relación violenta de forma autoconsciente, ajena al tratamiento romantizado que por años han recibido este tipo de comportamientos en el cine y la televisión. Puede que no sea una película perfecta (tiene sus virtudes y desaciertos) pero sin duda es necesaria.
Una relación es perfecta hasta que deja de serlo. Para alguien que leyó el material original, es muy difícil separar su calidad como película y como adaptación. Sin embargo, de ambas formas Romper el círculo sale airosa. Christy Hall firma un guion que, si bien difiere del libro por momentos, en general mantiene la esencia del mismo. Nos presenta a Ryle (Justin Baldoni), un personaje carismático que entre líneas deja ver su comportamiento errático, lo cual hace que no juzguemos sus decisiones, al contrario, tratemos de comprenderla.
La historia que comienza de una forma muy rosa va perdiendo color a medida que Ryle se vuelve cada vez más violento. Ese cambio de tonalidad en la trama es completamente intencional porque ninguna relación violenta empieza siendo violenta. Sin embargo, lo curioso es que su comportamiento puede que no resulte tan ajeno para el espectador. Durante años el comportamiento tóxico en ciertos personajes, no solo ha sido normalizado, también ha sido romantizado.
Curiosamente este año, una de esas historias que resuena con Romper el círculo cumple 20 años, y no es otra que El diario de Noah. La película basada en el libro de Nicholas Sparks ha sido considerada como una de las mejores románticas de todos los tiempos y, sin embargo, muestra signos de manipulación y presión por parte de Noah, incluso antes de empezar una relación sentimental con Ally. La escena famosa (por las razones equivocadas) donde Noah le dice a Ally que se lanzará de la noria si ella no acepta salir con él, es el epítome del comportamiento tóxico (sí, porque toxicidad no es solo violencia física) y sin embargo, durante años hemos aceptado esa escena como un gesto de romanticismo.
Lastimosamente El diario de Noah fue el inicio de una tendencia que se acrecentó a lo largo de estas dos décadas, donde el comportamiento tóxico empezó a ser romantizado no solamente dentro del cine, sino también en la televisión e incluso en la literatura. De hecho, otro ejemplo sería Gossip Girl, serie que también protagonizó Blake Lively, donde no solo las relaciones románticas sino también las amistades conflictivas fueron normalizadas. Un año más tarde llegaría Twilight con (un montón de red flags pero la más perturbadora era) aquella escena en la que Edward observaba a Bella dormir sin su consentimiento. Incluso en esta década hemos tenido otras historias con situaciones iguales o peores como lo son After y El stand de los Besos.
Lo más alarmante es que esta normalización de la toxicidad está presente incluso en ficciones dirigidas a la juventud, en lo que podría tener como consecuencia la distorsión de la perspectiva del espectador sobre cómo debería ser el romance en su propia vida. Sin embargo, actualmente están surgiendo historias donde los comportamientos erráticos están siendo retratados como lo que realmente son. Tenemos You de Netflix donde el protagonista que espía y acosa a la chica de turno en la que se fija se muestra como lo que es: un psicópata. O Saltburn donde Oliver no se enamora de Felox, sino que se obsesiona.
Romper el círculo abraza la historia con sensibilidad
Lo que hace que Romper el círculo vaya un paso adelante es que retrata un tema aún más delicado, la violencia doméstica, y lo hace con mucha sensibilidad. Baldoni se vale de elementos como la fotografía y la banda sonora para enriquecer la carga dramática, y permite a los actores brillar.
Lively, en su mejor interpretación hasta ahora, concede una interpretación muy entregada como Lily, mientras que el mismo Baldoni en la piel de Ryle dota al personaje de esa dualidad (el temperamento violento reprimido bajo la fachada de hombre encantador) desde el primer momento que aparece en pantalla. El resto del elenco cumple muy bien también, especialmente Jenny Slate, quien siempre es una adición maravillosa a cualquier película.
Sin embargo, It Ends With Us, por momentos parecer divagaciones en aspectos que no aportan demasiado a la historia, y el metraje se extiende más de lo necesario. Para el tercer acto, el desenlace de siente demasiado precipitado, jugando en su contra. Quizás Romper el círculo no sea es perfecta, pero sí es necesaria, abriendo debate alrededor de diversos temas, no solo la violencia doméstica, también de la normalización de las relaciones tóxicas. Porque no hay nada de malo en consumir este tipo de contenido, lo malo es la forma en que lo hacemos.
TÍTULO: Romper el círculo
TÍTULO ORIGINAL: It ends with us
DIRECCIÓN: Justin Baldoni.
ELENCO: Blake Lively, Justin Baldoni, Jenny Slate.
GÉNERO: Romance. Drama.
ORIGEN: Estados Unidos.
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