21 de julio de 2025
Val

Val - Key Art (JPEG)

La voz y la imagen. La melancolía y la catarsis.

Val Kilmer, uno de los actores más volátiles de Hollywood, ha estado documentando su vida y su oficio en video. Recolectó miles de horas de material, desde videos caseros con sus hermanos hasta su paso por películas taquilleras como Top Gun y Batman.


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Por Ignacio Rapari

Indudablemente, desde hace muchos años, existe una subestimación injustificada de la figura de Val Kilmer. Esta percepción se ha sostenido, en gran parte, por prejuicios construidos en torno a las obras que lo convirtieron en un outsider de Hollywood y por diversas insinuaciones mediáticas que lo describían como una figura complicada para trabajar. De todas formas, cabría preguntarnos el por qué de esa «complejidad», algo que logra con numerosos hallazgos Val, el documental dirigido por Ting Poo y Leo Scott, que busca acercar al público a los aspectos más íntimos de este metódico actor que fue emblemático en las décadas de los 80 y 90.

El primer acercamiento con Kilmer en la obra surge a partir de su lamentable padecimiento médico, que lo ha dejado prácticamente sin voz. Desde allí, lo ficcional se permite alterar la realidad para que el propio hijo de Val, Jack Kilmer, sea quien le preste la voz para que su padre pueda narrar distintos momentos de su vida familiar y artística.

Ya adueñado de una voz ajena —aunque la propia también cobra significancia—, este relato catártico e intimista sobre un artista incomprendido comienza a desplegarse, principalmente, a través del poder absoluto de las imágenes en movimiento. Se trata de registros captados por el propio Val con distintas cámaras de video a lo largo de su vida, documentando acontecimientos significativos, como la alfombra roja de Top Gun, escenas cotidianas como el cambio de pañales de su hija Mercedes e incluso audiciones caseras con las que buscaba un papel en producciones icónicas como Full Metal Jacket o Goodfellas. Claro, intentos frustrados pero que de todas maneras lo llevaron a uno de los momentos más icónicos de su carrera: la mítica interpretación que brindó de Jim Morrison en The Doors, de Oliver Stone.


Más allá de lo anecdótico, Val no funciona bajo la clásica estructura que indaga en la «vida y obra de», a pesar de que recorre múltiples curiosidades sobre la carrera de Kilmer. Se detiene, por ejemplo, en su resistencia a la artificialidad de ciertas propuestas como Batman Forever —un papel que confiesa no haber podido rechazar— y en la contradicción de sentirse feliz por el reconocimiento de los fans a personajes icónicos de su filmografía, como «Doc» Holliday en Tombstone, pero, al mismo tiempo, frustrado por la sensación de haber quedado atrapado en un pasado irrepetible e, indudablemente, mucho más exitoso.

Val es una oportunidad para acercarnos a una figura que, en su momento, optó por evitar la exposición pública y que hoy decide contar su historia con el mismo dramatismo y rigor metódico que siempre lo obsesionó. Su atribulado presente no se utiliza como una excusa para el golpe bajo (aunque hay un momento en una Comic Con que resulta devastador). Este valioso documental logra trascender la biografía convencional y funciona tanto para los seguidores acérrimos de su obra como para aquellos que deseen conocer la lucha de un artista cuyo compromiso con la imagen ha sido casi una esclavitud, con todo lo que ello implica.


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