El puente directo a Oz
Elphaba, ahora demonizada como La Bruja Malvada del Oeste, vive exiliada, oculta en el bosque de Oz, mientras continúa su lucha por la libertad de los Animales silenciados del reino y desesperadamente intenta exponer la verdad que conoce sobre El Mago. Glinda, por su parte, se ha convertido en el glamoroso símbolo de la Bondad en todo Oz, viviendo en el palacio de la Ciudad Esmeralda y disfrutando de los privilegios de la fama y la popularidad.

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Por Gastón Dufour
Hay secuelas que existen para completar una historia, y otras que intentan justificar su propia existencia. Wicked 2 hace ambas cosas y, además, se toma el atrevimiento de soldar definitivamente su relato con el mito que la precede: El mago de Oz. Y ahí es donde la película consigue algunos de sus momentos más interesantes, porque no se limita a guiñar el ojo al clásico: lo enfrenta, lo discute, lo desmonta.
La irrupción de Dorothy —sí, finalmente Dorothy— funciona como un choque frontal entre dos narrativas que convivieron durante años sin tocarse del todo. La película no la trata como una heroína luminosa ni como una intrusa ingenua; la presenta como un engranaje más de un sistema político que necesita símbolos fáciles para justificar lo injustificable. Es un movimiento sorprendentemente adulto. Dorothy no llega a Oz como una elegida: llega como un accidente conveniente.
Lo notable es cómo Wicked 2 utiliza su presencia para subrayar la tragedia de Elphaba (Cynthia Erivo). Cuando Glinda (Ariana Grande) observa a Dorothy con una mezcla de fascinación y desconfianza, la película está diciendo lo que la novela y el musical sugerían en voz baja: que el mito del “camino amarillo” es una construcción que, en el fondo, aplasta todo lo que no encaja en su narrativa moral. Dorothy no es mala, pero es peligrosa en su pureza. Y esa tensión está filmada con una delicadeza que sorprende para una producción de este tamaño.
Narrativamente, la película aprovecha su llegada para cerrar su propio ciclo. La escena del encuentro indirecto entre Dorothy y la “bruja mala” está coreografiada con una inteligencia particular: no es una gran confrontación, sino una superposición de relatos donde cada una ve solo la sombra de la otra. Ese momento —quizás el más elegante de la película— marca el punto exacto en que Wicked 2 termina de alinearse con El mago de Oz sin convertirse en un simple prólogo.
Visualmente, la irrupción de Kansas y sus tonos desaturados funciona como un contraste controlado, casi quirúrgico. Es el recordatorio de que Dorothy no pertenece a ese mundo, y de que su mito va a devorarlo todo apenas su pie toque la tierra de Oz. Lo interesante es que la película no la demoniza: simplemente la ubica como la pieza que desata la caída, sin responsabilizarla de las consecuencias.
En definitiva, la conexión con El mago de Oz no es un adorno nostálgico, sino una lectura política del propio canon. Y en esa lectura, la aparición de Dorothy es más que un cameo: es el símbolo de cómo una historia puede redefinir a otra sin desarmarla.
TÍTULO: Wicked: Por Siempre
TÍTULO ORIGINAL: Wicked: For Good
DIRECCIÓN: Jon M Chu.
ELENCO: Ariana Grande, Cynthia Erivo.
ELENCO SECUNDARIO: Jonathan Bailey, Jeff Goldblum, Michelle Yeoh.
GÉNERO: Musical. Fantasía. Familiar.
ORIGEN: Estados Unidos.
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