Una mirada íntima sobre la artista
CON MATERIAL ÍNTIMO E INÉDITO Lali se abre a su público compartiendo su evolución y el camino de autotransformación que experimentó durante su gira.

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Por Walter Pulero
LALI: La que le gana al tiempo es el nuevo documental de Netflix dirigido por Lautaro Espósito y que se propone retratar a Lali en un momento de transición personal y profesional. Con abundante material de archivo, testimonios cercanos y escenas que la muestran lejos del brillo del escenario, la película busca revelar la intimidad detrás de una figura que desde hace años se mueve entre la exposición mediática y la reinvención constante. La estructura se mueve entre el pasado y el presente para construir una cronología emocional antes que estrictamente biográfica, y en esa elección encuentra algunos de sus mejores momentos.
El documental se vuelve especialmente potente cuando logra aislar a Lali del vértigo que la rodea. Hay escenas de vulnerabilidad, dudas y búsquedas que abren una grieta en la imagen pública de “la popstar perfecta”: recuerdos de su infancia, decisiones tomadas a contrarreloj y confesiones sobre el desgaste emocional que implica ser, a la vez, artista, celebridad y militante de causas contemporáneas. También se destaca la reconstrucción de hitos de su carrera reciente —con especial foco en los shows en Vélez— que enmarcan su presente dentro de una industria que, en términos locales, todavía sorprende por la escala que alcanza.
Sin embargo, la apuesta por la intimidad convive con un diseño visual y narrativo muy cercano a un registro promocional. El montaje acelerado, el uso constante de imágenes de conciertos y la insistencia en mostrar logros y momentos de celebración, a veces diluyen el peso dramático de las confesiones más interesantes. La dualidad entre documental introspectivo y pieza de homenaje pop genera un vaivén que puede resultar irregular: cuando asoma un conflicto o una duda profunda, rápidamente vuelve a imponerse la espectacularidad del personaje público.
Esa tensión no invalida la propuesta, pero sí delimita su alcance. Para fans de Lali, la película es un festín de backstage, archivo inédito y confirmaciones emocionales: la artista se muestra humana, frágil, ambiciosa y consciente de su lugar en la cultura pop argentina. Para un público no necesariamente seguidor, el documental funciona como radiografía del fenómeno Lali, aunque quizás no ofrezca la profundidad analítica que podría esperarse de una obra menos condicionada por la propia maquinaria que la rodea.
LALI: La que le gana al tiempo es un retrato honesto en sus intenciones y luminoso en su energía. Logra revelarnos a una artista que apuesta por mostrarse auténtica, incluso cuando la puesta en escena no termina de correrse del todo del espectáculo. El resultado es una película vibrante y emotiva que celebra a Lali mientras intenta, a la vez, comprender qué implica ser Lali.
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