Entre la maestría y el ridículo
Lou, una solitaria encargada de un gimnasio, se enamora perdidamente de Jackie, una ambiciosa físicoculturista que se dirige a Las Vegas en busca de su sueño. Pero su amor enciende la violencia, arrastrándolas profundamente en la red criminal de la familia de Lou.
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Por Ignacio Rapari
Un cielo nocturno y estrellado nos ubica en un gimnasio de Nuevo México. Inmediatamente queda en evidencia la agobiante y lúgubre esencia de una ciudad poblada por personajes igual de oscuros. De esta manera, se presentan a las dos protagonistas de esta historia. Mientras Jackie (revelación absoluta de Katy O´ Brian), una suerte de fisicoculturista que hace autostop para participar de una competencia en Las Vegas llega al pueblo casi de visita, Lou (Kristen Stewart) no solo parece haber vivido toda la vida allí: claramente, desde el mostrador del gimnasio en el que trabaja, también demuestra estar agotada de todo lo que la relaciona -y aferra- a ese lugar. Esta situación cambiará una vez que vea a Jackie entrenando en las instalaciones de aquel gimnasio, en lo que casi significa un flechazo instantáneo.
El amorío entre ambos personajes no tardará en iniciar, al igual que los (en principio) pequeños problemas que comenzarán a obstaculizar la relación. Claro que todos estos conflictos son en relación a Lou y van desde un cuñado violento (Dave Franco) hasta un padre turbio (Ed Harris) y con el que oculta una complicada relación. Casualmente, Jackie comenzará a trabajar para este hombre que vive al margen de la ley una vez que llegue a la ciudad. De esta manera, entre ínfimas casualidades y causalidades se agrandará la violencia, la muerte y el regreso del pasado en niveles abismales. Y mientras tanto, entre esteroides y tensión, también se irá agrandando Jackie.
Lo que avanza como un neo-western de enormes personajes y locaciones (hay algunos planos que rememoran con maestría los mejores momentos de Lost Highway, de David Lynch), con algo de gore, un poco de romance y un ritmo trepidante, termina por convertirse durante los últimos 5 minutos en una obra casi inclasificable.
Aunque la directora y también guionista Rose Glass (junto a Weronika Tofilska) asume un riesgo prácticamente enorme con este momento del tercer acto -que igualmente ya venía transcurriendo con algunas resoluciones un tanto cuestionables, aunque para nada polémicas-, es sumamente difícil valorar esa serie de decisiones solo por la ruptura de tono que asumen. De hecho, todo termina encasillado en un presunto capricho que parece preconcebido, casi como si la primera elección de la conclusión hubiera sido esa.
De hecho, el evidente deseo de transgredir con esos pocos planos, lamentablemente, termina siendo contraproducente. Hasta esa instancia, Amor, mentiras y sangre contaba con un universo poderoso y estimulante que no necesitaba de tamaño despropósito.
Es frustrante descalificar el segundo largometraje de Rose Glass por tan solo cinco o diez minutos de desconcierto. En definitiva, se trata de una película repleta de enormes aciertos y que merece su visionado en cines. Seguramente haya espectadores que celebren la faceta más lisérgica de la historia. De ser así, el resultado final habrá sido más que provechoso.
TÍTULO: Amor, mentiras y sangre
TÍTULO ORIGINAL: Love lies bleeding
ELENCO: Kristen Stewart, Katy O´Brian, Dave Franco
GÉNERO: Thriller. Drama. Acción.
ORIGEN: Reino Unido, Estados Unidos.
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