
La vuelta de Bruce Timm
Aún con la ciudad apenas mencionando su nombre en algunos recovecos, Batman sale por la noche a enfrentar mafias y centros de poder en las vísperas de una nueva elección a alcalde.

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Por Ignacio Pedraza
Había mucha expectativa por el flamante estreno animado en Amazon Prime. Si bien Batman: el enmascarado (Batman: Caped Crusader, 2024) había recibido el pulgar abajo de Max y Apple, el nombre de Bruce Timm como showrunner recordando la emblemática serie del encapotado en la década de los 90, daba la talla para entender que no era un proyecto más.
La animación se asemeja a Batman: la serie animada (1992-1995) y su tono no está exento a esa comparación, donde lo animado puede confundir ya que el público apuntado es de un rango más adulto. La visión de Timm sobre el personaje –que en los noventa fue junto a Eric Radomski, mientras que en esta ocasión cuenta con productores ejecutivos con nombres pesados como J.J. Abrams y Matt Reeves– es clara, y si bien la trama en este estreno detalla sobre un héroe dando sus primeros pasos, resulta evidente que su conformación es similar a la de la serie de hace treinta y dos años atrás.
En 2024 tuvimos otro ejemplo de la vuelta de una noventosa serie icónica en la animación: X-Men ’97 (2024) continuaba los sucesos finiquitados en 1997, y su arraigo estaba sujeto para mantener aquel fan que creció con esos personajes o aquellos que lo tenían en el pedestal del género. En el caso del hombre murciélago, este nuevo proyecto respiraba de manera propia y no necesitaba de su antecesora, más allá de que contaba con un precedente positivo y los nombres involucrados le permitían un impulso para su potencial público. Es decir, Beau DeMayo para sus mutantes tomó muy en cuenta lo hecho por Saban, y se notó el cuidado para que se logre ver esa nueva temporada como una continuidad. Por otra parte, Timm se sujeta de su creación anterior pero se liberó a jugar más con ese universo.
Los orígenes de algunos villanos son distintos a lo que vimos anteriormente, y no es el mismo Bruno Díaz que conocimos en otras adaptaciones del héroe. Los directores –además de su creador, se suman a la lista Christina Sotta, Chris Berkeley y Matt Peters– se tomaron libertades para darle su propia impronta a la serie, de apenas diez episodios, y si bien Ciudad Gótica se encuadra en ese ambiente neo-noir que tan bien le calza a este universo, el nuevo proyecto logra algunos rasgos propios.
Lo mismo sucede con la trama: bien insertada en el género policial y con la intención de adentrar al protagonista en las internas policiales y políticas, los conflictos de la mayoría de los episodios lo tiene con encrucijadas detectivescas y con un tono oscuro, donde la moralidad está en jaque y los intereses siempre están en disputa.
Sin embargo, la nueva adaptación a la creación de Bob Kane y Bill Finger también juega con la amplia mitología del hombre murciélago, con algunos episodios que se alejan de lo terrenal y aborda el género fantástico, con el que el protagonista ha tenido varias incursiones y siempre ha salido bien parado, apoyándose en el estilo gótico. Siendo particularmente dos episodios de este modo, ambas aventuras parecen un homenaje a esa vertiente del personaje, ya que están alejados del tronco principal con Harvey Dent y su postulación o de la corrupción policíaca.
Aquellos fanáticos de la serie de Warner tres décadas atrás lograrán reconocer la narrativa y la animación en esta nueva producción, aunque no necesariamente depende de su antecesora y presenta una visión adulta y cruda del héroe, su entorno y esa ciudad tan especial que logra ser un territorio siempre rico de explorar. Resulta evidente que Timm sabe cómo adaptar el encapotado en la pantalla, y en esta ocasión se dio hasta el lujo de innovar en el cariz para que no resulte una simple modernización de su obra anterior.
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