Una selección de películas que se ven en el mejor festival de género
El más antiguo festival de cine fantástico de Latinoamérica, con un recorrido de dos décadas, se realizará hasta el próximo domingo en el Multiplex Belgrano con entradas a solo $4000.

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Por Gastón Dufour
El Buenos Aires Rojo Sangre continúa ofreciendo una mezcla de rarezas, hallazgos y películas que difícilmente vayamos a encontrar en otra pantalla. Para este jueves la programación logra equilibrar sus propuestas para darnos un combo imperdible. Estas son las proyecciones recomendadas para hoy.
A las 16.00 horas arrancamos la tarde con Wolf Moon Rising, una propuesta que combina el mito del hombre lobo con una puesta en escena concreta y sin exceso de ornamentos. Funciona como apertura porque trabaja el género desde un enfoque compacto: un cuento clásico reconfigurado para un público que ya conoce sus reglas y busca variaciones antes que golpes efectistas.
A las 18.00 horas llega Hotline, que mueve el eje hacia un thriller urbano dirigida por Nicanor Loreti y protagonizada por Magui Bravi, Demian Salomon, Maria Eugenia Rigon, Pablo Pinto y Germán Baudino, centrado en la presión del tiempo y las decisiones que se toman bajo tensión. La historia se sostiene en una progresión rápida y en un uso puntual de los espacios reducidos, lo que permite que la película avance sin dispersión y mantenga la energía del bloque de tarde.
Para las 20.00 horas, El día de la bestia se convierte en la cita obligada para quienes buscan una experiencia más ligada al culto y al humor negro dentro del terror. Su vigencia no depende de la nostalgia, sino de la forma en que su mezcla de comedia y apocalipsis continúa dialogando con el cine de género actual. Es un cierre de franja que combina historia y entretenimiento sin perder identidad.
A las 22.00 horas, y enn paralelo, vale destacar una opción que no compite en términos de despliegue, pero sí en convicción: Júpiter, un proyecto independiente remarcable. Esa condición le imprime un carácter particular, propio de las obras que se construyen desde la necesidad antes que desde los recursos. Su mirada personal se nota en el modo en que administra el relato y en cómo decide filmar cada secuencia, sin pretensiones de grandilocuencia, pero con una búsqueda estética concreta. Para quienes siguen el festival más allá de los títulos centrales, es una elección que revela otra capa del BARS: la del trabajo artesanal que se mantiene firme aún sin estructura industrial detrás.
En resumen, hoy tenemos una jornada que permite recorrer distintos enfoques del género: el mito reinterpretado, el thriller urbano, el clásico contemporáneo y la producción independiente que apuesta por la persistencia creadora.
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