La fábrica de sueños
La trama escrita y dirigida por Damien Chazelle nos cuenta la historia de amor entre una aspirante a actriz y un músico de jazz, donde el color, la música y la fotografía nos envuelven en un viaje de sensaciones a una producción que se remonta a los años 20 pero con una estética de la actualidad.
Por Walter Pulero
La paleta de colores brillantes del film es un deleite para los ojos. Con muchas coreografías en planos secuencias, cielos morados y anaranjados y vestidos amarillos, la fotografía de La La Land nos recuerda a la magia del cine y las películas clásicas de Hollywood: Un americano en París (1951), Cantando bajo la lluvia (1952) y Rebelde sin causa (1955). La película de Damien Chazelle es un homenaje a ese mundo y sus inicios.
Todo está calculado, nada dejado al azar. La diseñadora de vestuario, Mary Zophres, coordinó la paleta de colores de la ropa con Linus Sandgren, director de fotografía, para crear ese mundo armonioso. Mientras ella se centraba en las formas y funcionalidad de los trajes para lograr el movimiento y los giros, Zophres y Chazelle se centraron en los colores para comunicar las emociones. Los mayores lucimientos de Emma Stone están dados a partir de sus gestos ante cada audición, donde el color cobra protagonismo al ser su vestuario cromáticamente opuesto a los fondos.
La La Land fue filmada con Cinemascope e inicia con fondos coloreados, los cuales funcionan como los telones pintados del cine clásico. Es así que otro gran destaque merece su escenografía, diseñada por David Wasco, director de arte predilecto de Quentin Tarantino.
Los detalles en la vestimenta y escenografía no solo configuran los estados de ánimo de los protagonistas, sino que acompañan a la historia.
Les dejamos debajo unos increíbles fotogramas de la película y sus respectivas paletas de colores para que disfruten:
Les dejamos debajo unos increíbles fotogramas de la película y sus respectivas paletas de colores para que disfruten:
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