23 de abril de 2024

Con Lucrecia Martel de invitada

El viernes 16 de agosto, en el marco de ciclo La Sociedad Secreta del Cine, Sebasti?n De Caro present? La ci?naga, con Lucrecia Martel de invitada, con quien antes mantuvo una amena charla sobre temas diversos, sobre sus directores preferidos, cu?les son sus caprichos, qu? sinti? al realizar la pel?cula, dijo que no es de mirar sus pel?culas y que la incertidumbre atraviesa todo el proceso de sus obras.


Por Gimena Meilinger

La ?pera prima de la salte?a Lucrecia Martel se convirti? en 2001, a?o de su estreno, en una bola de nieve de premios, elogios y sorpresa ante semejante obra. Ahora, claro, ya hablamos de LA directora del cine argentino, pero en ese entonces reci?n se conoc?a su nombre y sus registros est?ticos a la hora de filmar iban a comenzar a marcar un camino, la m?sica como protagonista, la naturaleza como met?fora de los estados an?micos de sus protagonistas, el reflejo de las miserias y desesperanzas de la clase media.

La Ci?naga es un pueblo en Salta, pero tambi?n el vocablo remite a un lugar f?sico de agua pantanosa donde los animales mueren ahogados en el barro. Martel utiliza esas dos acepciones y suma la definici?n que refleja un lugar en la mente en la que se ahogan los sentimientos, donde llega la desolaci?n.

La pel?cula comienza con la piscina de agua estancada y sucia, donde un grupo de personas, burgueses venidos a menos, toman vino barato y un sol que no existe, tirados en reposeras. Ya desde ese momento, se aprecia la tormenta por venir.

La Mandr?gora es el nombre de la finca donde veranea Mecha (Graciela Borges), una cincuentona madre de 4 hijos casada con un marido que se ti?e el pelo. Mecha y su marido son alcoh?licos. Tali (Mercedes Mor?n), prima de Mecha, tambi?n tiene 4 hijos y un marido. Vive en La Ci?naga, hundida en el aburrimiento pensando en un viaje a Bolivia. Dos accidentes reunir?n a estas dos familias en el campo. All? tratar?n de sobrevivir a un terrible verano.

Es una pel?cula perturbadora, sensaci?n que genera en el espectador de principio a fin. Todos los acontecimientos prometen algo terrible. La letan?a de los personajes completamente improductivos, las cicatrices en los cuerpos, la tensi?n sexual que se respira. Todo se siente extra?o.
La ci?naga?se hace muy larga. Ese no avanzar en la narraci?n, quiz?s hace un poco molesta la espera en aparente calma. Las acciones quedan en un segundo plano, relegadas. Nada aflora realmente a la superficie. Y, con el tiempo, se sabe que esto es parte del universo Martel, la agon?a limitante del existir, de sue?os rotos y el tedio.

Aunque el desdibujamiento de los personajes juega en contra, ya que sin hilo argumental claro, todo queda diluido en una pereza ambigua que no esclarece ninguna situaci?n. Las interpretaciones son magistrales, mostrando el costumbrismo social, la relaci?n de esas personas con su entorno y sus sentimientos. Notable la direcci?n de Martel, aun en lo que fue su ?pera prima.

El pr?ximo viernes 30 se proyectar? C?ndor Crux de Juan Pablo Buscarini, Swan Glecer y Pablo Holceren, en la sala 1 del Gaumont.

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