
Y ahora tiro yo porque me toca
Matt Murdock se encuentra en un rumbo de colisión con Wilson Fisk cuando sus identidades pasadas empiezan a salir a la luz.

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Por Ignacio Pedraza
“Respeto por el pasado. Esperanza para el futuro”. La frase de Foggy Nelson (Elden Henson) parece ser el objetivo principal de Daredevil: Born Again (2025) la nueva serie de Disney+ que inserta al héroe en el UCM, y que sirve tanto como continuidad de su serie creada por Netflix como de reinicio del personaje. El tema es que surge la pregunta: ¿se puede cumplir con ambas? O, en realidad, nos genera el interrogante de cuál de las dos tiene más peso.
Las intenciones de la serie creada por Dario Scardapane, Matt Corman y Chris Ord –cada uno de estos en una etapa distinta de su creación- parecen claras, aunque ese análisis puede resultar engañoso: la producción ha sufrido altibajos, debido a cambios que iban desde el tono del show hasta del propio reparto, lo que nos puede llevar a pensar que la empresa tuvo mucho trabajo en la edición, en la que la reescritura de guion puede haber concluido en una heterogeneidad que intentó uniformarse.
No hay un reinicio total, y eso se demuestra al reconocer a los personajes de la sólida serie de la N roja. Sin embargo, su piloto resuena a borrón y cuenta nueva para cada uno de ellos, donde lo dirigido por Justin Benson y Aaron Moorhead – a lo largo de los nueve episodios se sumarán a la lista de realizadores Michael Cuesta, Jeffrey Nachmanoff y David Boyd– sienta las bases para construir en tierra pelada y fértil.
El legado que dejó Drew Goddard con su serie creada en 2015 pasa principalmente por el tono: no hay dudas que este estreno es el más crudo de todas las derivadas del universo cinematográfico, con la violencia que ha caracterizado al personaje junto a la posibilidad de recurrir a acciones extremas que en otra ocasión hubieran sido evitadas –el primer episodio parece demostrarlo hasta de manera aparatosa-.
Sumada a la tonalidad, el rasgo más importante de aquellas tres temporadas se basa en fortalecer el aspecto más positivo que tenían las aventuras del diablo: la dualidad y enfrentamiento entre Matt Murdock (Charlie Cox) y Wilson Fisk (Vicent D´Onofrio) vuelve a retomarse, sabiendo que era lo que más funcionaba.
Esta vez, el duelo pasa casi por un aspecto político –las intenciones del flamante alcalde pasa por la prohibición de los encapuchados- que parece asemejarse a las metáforas que ha creado George Lucas para Star Wars. Las cuestiones de poder, rebeldía y posiciones antagónicas en metáforas políticas parecen homenajear dicha creación –hasta uno podría pensar que es una de las mejores adaptaciones dentro de la empresa, salvando Andor, de otra de las franquicias de Disney-, más sobre el cierre de temporada, llevándolas a un terreno urbano.
Por fuera de dicha interacción, el recorrido individual de héroe y villano puede resultar alentador, pero algo repetitivo. Si bien el título también evidencia algo del renacimiento y hay vertientes tomadas del cómic homónimo, algunos rasgos ya habían sido abordados en el extinta tercera temporada principalmente en el personaje de Cox.
La huella de la empresa del ratón aparece con la inclusión de personajes que hemos visto anteriormente en otras producciones de la editorial –ninguna inolvidable, menos la que aparece en el quinto episodio de la serie que parece rescatado de ideas anteriores en su tonalidad- y en el propósito de querer interactuar al justiciero con nuevas figuras como Heather (Margarita Leiva) o la incursión de Héctor Ayala (Kamar de los Reyes). Si a eso se le suman las reapariciones de los sólidos Frank Castle (Jon Bernthal) o Vanessa Fisk (Ayelet Zurer), se ejemplifica este terreno entre lo conocido y lo novedoso.
En términos técnicos, el barrio neoyorkino presenta las características conocidas y es donde el relato intenta hacerse más fuerte, con transiciones y a la vez con fragmentos de informes periodísticos con las palabras de los vecinos –a cargo de BB Urich (Genneya Walton)- que supone darle mayor identidad al lugar. Lo que sí llama la atención es la musicalización de The Newton Brothers, diferenciándose al inicio de la serie y que con el correr de la misma parece ir madurando a su tono más crudo.
La frase de Vencedores Vencidos parece aclarar la postura de Disney, con ciertas obligatoriedades a la hora de jugar en una mesa más amplia pero, a la vez, que ya se ha visto en cuestiones propias del oriundo de Hell´s Kitchen, por lo que el recorrido de este pasaje puede resultar redundante. Su cierre abrupto en el noveno episodios asienta las causas para lo que vendrá, sintiéndose como una primera parte en la plena reconstrucción que tiene el héroe y su contexto, que se hamaca entre el legado y lo que vendrá.
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