Regreso a la gloria, cueste lo que cueste
Durante la noche de Halloween de 1977, la transmisión de Night Owls, un talk show que intenta posicionarse entre los mejores, presenta dificultades técnicas, y algo demoniacas, gracias a sus peculiares invitados.
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Por Lucas Soto
Tras presentarse hace más de un año en el Festival South by Southwest (SXSW), De noche con el diablo fue cosechando diversas críticas a lo largo y ancho del mundo. Sin hacer hincapié en los comentarios más conservadores, la tercera película de Cameron y Colin Cairnes supo hacer los deberes, sobre todo, con su propio marketing, logrando generar altas expectativas en todo tipo de público.
Estética de los 70, un talk show con invitados de dudosa procedencia y un conductor que derrocha simpatía por doquier. Y es aquí donde encuentro significativo detenerme.
Gracias a un longevo contrato con la productora que lo apañó, el conductor Jack Delroy (David Dastmalchian) era catapultado hacia la cima. El programa Night Owls se encontraba entre los más importantes de entrevistas nocturnas, las tapas de revistas se deleitaban con su imagen y su relación con la actriz Madeleine Piper (Georgina Haig) llegaba hasta el altar. Pero un cáncer inesperado, silencioso, no tardó en consumir a Madeleine, haciendo que ella fallezca, como así también el brillo de Jack.
Luego de un tiempo fuera del foco de los flashes fotográficos, Delroy decide emprender el regreso, aunque la popularidad del show ya no era la misma. Contando con invitados que derrochaban más vergüenza que talento, el rating no dejaba de descender, como también la credibilidad de Jack y su profesionalidad. Es así que, para el programa especial de Halloween, Delroy y el equipo de producción prepara un espectáculo digno para creyentes, como también escépticos.
Tras esta prólogo con tintes de mockumentary, la película decide correrse de las reglas tradicionales para tomar ciertas licencias que expanden el universo del show. Con un tras bambalina en blanco y negro y visiones lisérgicas introducidas directamente por los realizadores -y no documentadas por las cámaras que hilan el relato-, De noche con el diablo tiene la perspicaz decisión de enfocar su narrativa en el protagonista, el presentador del programa que surfea por las olas de la incertidumbre y las millonarias oportunidades que se le presentan. Pero decir que la construcción del personaje funciona por sí sola sería un sacrilegio, ya que el punto más álgido de la película es Dastmalchian y una performance que se sitúa, automáticamente, como una de las mejores del año.
Recordando aquella enfermiza representación como uno de los matones del Joker en El caballero de la noche -papel que lo puso en el ojo de múltiples secundarios- disfrutar del multifacético talento de David en proyectos que dan lugar a su magnitud actoral es un deleite como pocos. Desde Wojchek, aquel marinero que no duda en dar su vida por el barco en el que navega en Drácula: mar de sangre a Polka-Dot Man, el retraído villano con complejos de Edipo, David Dastmalchian termina de consagrase con Jack Delroy y todo lo que el personaje representa.
Queda solo esperar que su primer protagónico -al menos en producciones de esta magnitud- sea el primero de muchos. Aunque le deseamos que su carrera sea muy diferente a la del desdichado presentador de Night Owls.
TÍTULO: De noche con el diablo
TÍTULO ORIGINAL: Late night with the devil
DIRECCIÓN: Cameron Cairnes, Colin Cairnes.
ELENCO: David Dastmalchian, Laura Gordon.
GÉNERO: Terror.
ORIGEN: Estados Unidos.
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