
Una historia de coraje, fe y resiliencia
Joe Wainwright, un ex campeón de monta de toros de 50 años, decide volver al ruedo para recaudar el dinero necesario que permita operar a su nieto que tiene un tumor cerebral. Ni sus beneficios militares ni el seguro familiar cubren la cirugía. Viejas heridas y un pasado doloroso lo acompañan en una competencia de alto riesgo.

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Por Gastón Dufour
El último rodeo marca el regreso de Jon Avnet a un cine de emociones claras y personajes sólidos. Neal McDonough asume el centro de la historia como Joe Wainwright, un jinete de rodeo retirado que, después de años de distancia y errores, decide volver a la arena. Su objetivo no es la gloria personal, sino reunir el dinero necesario para costear la operación de su nieto, diagnosticado con un tumor cerebral.
El punto de partida, que en otras manos podría caer en el golpe bajo, se presenta aquí con un pulso medido. Avnet apuesta por la construcción de vínculos: Joe y su viejo amigo Charlie (Mykelti Williamson) funcionan como un dúo que combina experiencia, ironía y lealtad, mientras el entorno competitivo del rodeo se convierte en el escenario para hablar de perseverancia y redención.
La película no se dispersa en excesos ni en recursos fáciles. El realizador dosifica las escenas de acción con la tensión suficiente para que cada monta y cada caída tengan peso dramático. El guion, que coescribe junto a Neal McDonough y Derek Presley, entiende que el verdadero motor no está en el triunfo deportivo sino en el valor de mantener una promesa familiar.
El elenco se completa con Sarah Jones como Sally, la hija de Joe, que aporta matices en el conflicto generacional; Christopher McDonald como Jimmy Mack, rival con historia compartida; y el joven Daylon Swearingen, que encarna la figura del retador dispuesto a poner a prueba al veterano. Pequeños papeles, como el de Irene Bedard, suman textura al retrato de un mundo que respira tradición y riesgo.
Sin recurrir a subrayados religiosos ni a discursos forzados, la trama presenta gestos y símbolos que acompañan el recorrido del protagonista, y refuerzan la idea de que el regreso no siempre se mide por el podio. Hay una mirada hacia el pasado, sí, pero más como combustible que como ancla.
El último rodeo es una película que encuentra su fuerza en la honestidad de su propuesta. No pretende reinventar el género, pero sí recordarle al espectador que, a veces, la batalla más importante no está en vencer al adversario, sino en mantenerse fiel a aquello que importa. Avnet lo filma con oficio, McDonough lo interpreta con convicción y el resultado es un drama que se sostiene por la claridad de su corazón narrativo.
TÍTULO: El último rodeo
TÍTULO ORIGINAL: The Last Rodeo
DIRECCIÓN: Jon Avnet
GUION: Jon Avnet, Neal McDonough, Derek Presley
FOTOGRAFÍA: Denis Lenoir
MÚSICA: Jeff Russo
GÉNERO: Drama
PAÍS: Estados Unidos
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