Las dos mejores de la semana
Capit??n Philips, de Paul Greengrass
Cuenta el drama de Phillips, el capit??n del carguero Maersk Alabama, que decidi?? entregarse como reh??n a los piratas somal??es a cambio de salvar a su tripulaci??n ante las amenazas de los asaltantes. El cautivo fue posteriormente liberado en una arriesgada operaci??n militar de la Marina estadounidense y regres?? como un h??roe a su pa??s, donde recibi?? el reconocimiento popular y, entre otras cosas, las llaves de la ciudad de Nueva York.
La pel??cula explota al m??ximo el suspenso, con un Tom Hanks que muestra su lado m??s fr??gil ante la posibilidad de la muerte. El director supo colocar al personaje central como reh??n de una agotadora red de negociaciones ante las fuerzas militares norteamericanas. Para espectadores que van en busca de emociones en altamar, Capit??n Philips trae un buen director, un buen actor y una buena historia que mantienen la angustia a lo largo de m??s de dos horas.
La hermana, de Ursula Meier
Retrata la peculiar existencia de dos hermanos, de clase baja, que viven en un valle industrial a los pies de la rica estaci??n de invierno. Sin otros recursos, la hermana mayor gana unos francos entregando su cuerpo a clientes m??s o menos fijos, y muchas veces, al pillarlos, la pilla en serio, o sea, una borrachera de aupa que la lleva casi al coma. Por tanto el «cabeza de familia» es el peque??o de 12 a??os Sim??n, quien se ha convertido por necesidad en un h??bil ladronzuelo que arrambla con todo lo que encuentra all?? donde esqu??an los ricos: desde guantes a esqu??es, pasando por gafas de marca y lo que caiga. A diario sube a su «puesto de trabajo» y al final de la jornada, cargado con su bot??n, desciende para con el fruto de esa venta llevar comida a casa.
Ursula Meyer es una talentosa directora francesa que, en la l??nea de los hermanos Dardene, realiza un film que conmueve al espectador, sin golpes bajos, contando el desamparo y develando secretos de dos seres marginales El tema de la ausencia del padre, de la madre, de los padres, va a hacer intrusi??n de modo brusco, inesperado y, aunque simb??lico, profundamente perturbador.
Se destaca en esta pel??cula el buen ojo de la directora para elegir actores y para delegar el aporte visual en su directora de fotograf??a que hace maravillas con las locaciones naturales de los Alpes, transform??ndolas en un personaje m??s del film.
La peor de la semana
Apuesta m??xima, de Brad Furman
Cuando Richie Furst (Justin Timberlake) pierde el dinero que ten??a destinado para su educaci??n en un juego de poker online, desesperado por recuperarlo localiza al due??o del sitio Ivan Block (Ben Affleck) y ??ste le ofrece convertirse en su aprendiz para recuperar su dinero. Su relaci??n es tensa, pero no es tiempo de discutir: un agente del FBI espera, paciente que Ritchie se canse de su jefe y lo delate.
El guion de est?? cargado de estereotipos y la trama es b??sica, regida por la l??gica corruptos contra no corruptos, lo que sintetiza de cierta manera este aburrido film. Solamente puede explicarse desde el punto de vista comercial por los nombres que componen el elenco porque es indefendible desde cualquier otro margen de an??lisis. Ni Ben Affleck la salva.
Una buena opci??n para no perderse
Caito, de Guillermo Pfening
Ca??to se acerca a los 30 a??os y sus amigos crecen y arman proyectos que ??l tambi??n quiere para su vida, entonces comienza a obsesionarse con la idea de ser padre y, a partir de esta necesidad, comienza una relaci??n con ???La Suzuki???, la chica ???f??cil??? del pueblo, y con ???Anita???, una ni??a que vive en un hogar violento que la obliga a una vida dura. El improvisado tr??o emprende una aventura en la que el anhelo de formar una familia parece estar cerca pero, en la que parece ser la recta final de la historia, Guillermo Pfening interrumpe la ficci??n como director pero tambi??n como hermano ofreci??ndole a Ca??to la posibilidad de decidir c??mo quiere que termine la pel??cula que retrata su vida.
Primero Pfening filma un corto con su hermano que gana un premio en Francia y ese fue el puntapi?? de este largo, rodado desde una gran libertad creativa. El director se arriesga a contar sus afectos m??s cercanos experimentando y sobre todo evitando golpes bajos cuando se trata del amor que tiene por su hermano. Jugando con la intimidad familiar y la historia de amor en la ficci??n, Guillermo Pfening da cuenta de un todo de manera excepcional y con una puesta dif??cil que no elude la emotividad.