«Donald Trump siembra temor»
Danny Trejo, el actor mundialmente conocido por protagonizar Del creprúsculo al amanecer (From Dusk Till Dawn, 1996), Con Air: Riesgo en el aire (Con Air, 1997) y Machete (2010) nos visitó el último fin de semana por motivo de llevarse a cabo una nueva Comic Con.
Por Emilio Guazzaroni
Reconocido activista contra la presidencia de Donald Trump, defensor de la expansión latina, Emilio Guazzaroni pudo entrevistar a Danny Trejo y conocer un poco más acerca del maloso de las películas.
¿Qué aprendiste de grandes directores como Robert Rodríguez, Rob Zombie y Rob Cohen con quienes pudiste trabajar?
Danny Trejo: Rodríguez es un director de actores. Zombie, y también Rodr?guez, aman lo que hacen, se divierten mucho haciéndolo. Sucede que otros trabajan pero pierden el fuego. Ellos lo tienen, aman su trabajo.
Si tuvieras que elegir entre Quentin Tarantino y Robert Rodríguez para decir cuál es el más loco, ¿a cuál elegirías?
D.T.: Los dos. Tarantino está muy loco todo el tiempo, y Rodríguez es más simpático. Pero en sus mentes los dos tienen todo el tiempo ideas.
¿Dónde te sentís más cómodo trabajando? ¿En cine o en televisión?
D.T.: No importa dónde, si pasó el cheque, está bien (risas).
¿Es real que no usás dobles de acción en tus escenas?
D.T.: No, la hacen ellos. Es el trabajo de los dobles. Hay muchos actores que dicen que ellos hacen las escenas de acciín, pero en las películas se trabaja con seguros enormes. Pensá que si me doblo el tobillo, el resto no puede trabajar, es imposible hacer todo uno.
En Fuego contra Fuego pudiste trabajar con Michael Mann, ¿cómo fue esa experiencia?
D.T.: Había trabajado con un tio mío en The Jericho Mile (1979), hacía de maratonista, fue amigo de él, y cuando me contrató me llamaba como él y le puso al personaje Gilbert Trejo como él.
¿Qué pensás de Donald Trump y su discurso en contra de los inmigrantes?
D.T.:Él siembra temor. Habla de la droga que llevan los inmigrantes y en realidad lo que pueden llevar de la frontera no tiene comparación a las toneladas que provienen de Los Ángeles o Nueva York. Los inmigrantes van a trabajar y no a quitar trabajos. Los graduados de las mejores universidades no dicen ¡me sacaron el trabajo del lavadero de autos?!. Al contrario, esos trabajos lo hacen los inmigrantes.
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