
¡Dame más gasolina!
Un investigador de incendios y una detective deben investigar a dos pirómanos en serie que vienen causando estragos en la ficticia ciudad de Umberland. Con el correr de las semanas y los casos, sus vivencias personales afectarán su rendimiento profesional, aunque ambos caminos estarán más relacionados de lo que podían esperar.

Si te gusta lo que hacemos, podés colaborar con tu aporte.

Por Ignacio Pedraza
Una voz en off parece repensarse la definición de «¿qué es el fuego?» durante todo el primer capítulo de Humo (Smoke, 2025), la nueva serie de Apple TV+ donde el investigador de incendios Dave Gudsen (Taron Egerton) y la detective Michelle Calderone (Jurnee Smollett) deben seguir el rastro de dos pirómanos en serie.
La sinopsis propia del terreno policial creada por Dennis Lehane –basado en el podcast Firebug– se enriquece a través de aspectos narrativos y técnicos que proponen una serie con componentes distintos a lo visto. Su guion –que el propio Lehane escribió junto a Adrianne McCray y Molly Anne Miller– cuenta con una doble entrada que puede ser tanto sorprendente como debatible.
En la búsqueda de los dos pirómanos, cada uno de los casos cuenta con un estilo distinto y que intenta confluir para los intereses de la serie. A uno lo reconocemos casi al instante, y su recorrido se posiciona entre lo más lineal del género policial; mientras que el segundo es el que guarda los trucos bajo la manga del proyecto con una índole más intimista.
En esa sintonía va la narrativa, ya que el primero de ellos resulta finiquitado con un corte abrupto promediando la serie, como si los guionistas y directores –estos últimos conformados por Lehane, Kari Skogland, Jim McKay y Joe Chappelle– demostraran el interés en el más enigmático y con el que se permitieron “jugar” más; llevando su clímax a lo más interesante de la nueva propuesta del servicio de streaming de la manzanita.
Bajo estos parámetros, hay diferentes vertientes que ingresan a dicha lógica, pero resultan un tanto redundantes o de poco interés; principalmente lo que refiere al desarrollo del personaje de Smollett, quien presenta un interesante rol como policía pero que en el intento por desarrollar su costado familiar y traumas de la infancia no genera el mismo efecto. Es decir, su Michelle es funcional como prototipo de policía ruda, pero cuando el guion intenta abordar nociones intimistas de la misma su atractivo decae.
Algo distinto sucede con el personaje de Egerton, y es ahí donde los escritores se permitieron todos los vicios. Su Dave Gudsen desconcierta, por momentos nos adentramos a su perspectiva y representa la faceta más novedosa y que se aleja del policial clásico. Si a esto le sumamos la gran interpretación del actor y cantante británico –podría ser tranquilamente nominado por ser uno de los mejores trabajos del año en la pantalla chica junto al Freddy de Ntare Guma Mbaho Mwine– y la funcional –aunque por momentos imprevistos- musicalización de Danny Bensi y Saunder Jurriaans para varios de sus pasajes, el resultado es llamativo.
La dupla de Lehane y Egerton de Black Bird (2022) –hay nombres que también se repiten, como el de Greg Kinnear– fue un poco más allá, y el estreno de Humo se caracteriza por el encuadre bien marcado entre lo clásico y original en el género –con aires fincherianos– y su desafío por intentar que ambas mitades no resultan heterogéneas, como una propagación del fuego que puede salir disparada hacia cualquier lado.
Si te gusta lo que hacemos, podés colaborar con tu aporte.
