
Cuerpo, mente y yoga
Gustavo y Vanesa se separan y tienen que revisar los proyectos en común. Los dos son profesores de yoga. Gustavo es argentino, Vanesa, chilena. Vanesa se queda con el departamento y deja el estudio que compartían; Gustavo se queda sin casa. Por el estrés acumulado Gustavo se lesiona la rodilla y reemplaza el yoga por ejercicios de cuádriceps y por el gimnasio. Su vida se convierte en un mundo de alumnos y ex alumnos. Hasta que de a poco vuelve a encontrar el camino a la práctica.

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Por Gastón Dufour
La estructura de la invisibilidad de personajes en contextos particulares es una parte relevante del film de Martin Rejtman, La práctica. Los tonos emocionalmente apagados de los protagonistas, inclusive los de los secundarios, van construyendo la idea de cada uno de los personajes, enfrascados en un modo de vida que entienden es el mejor para el otro, pero que aún no logra verlo.
Cada forma de elaboración mental de lo que creen lo “correcto” desde la óptica particular individual de quien la expresa. Los roles diferentes definen jerarquías del desconocimiento de quiénes son y qué quieren ser, mientras viven de manera mecánica. De este modo la historia se ve atravesada por la segmentación emocional (y algunas veces intelectual) de las distintas piezas que conforman el rompecabezas del film.
En manos de Rejtman el cine se convierte en un medio para explorar la invisibilidad emocional y el desencuentro entre los personajes en un contexto donde la comunicación genuina parece estar fuera de alcance. La película se sumerge en el estudio de vidas que se desenvuelven en un vacío de comprensión mutua, utilizando tonos apagados y una narrativa fragmentada para resaltar la desconexión inherente en las relaciones humanas.
Desde el comienzo, el director establece un tono sutil pero omnipresente de apatía que define el mundo de contexto. Esta elección estilística no es meramente decorativa; es una herramienta crucial para construir el perfil emocional de los personajes. Los protagonistas y los secundarios están envueltos en una capa de monotonía que simboliza su propia invisibilidad dentro de sus respectivos círculos sociales.
La película no solo muestra a personas que se sienten incomprendidas, sino que también revela cómo su comprensión del otro está teñida por una visión limitada y sesgada. Cada personaje opera dentro de un marco de referencias rígidas que determinan su concepto de lo “correcto” o lo “mejor” para los demás.
Esta perspectiva está atrapada en una burbuja de autojustificación y desconocimiento. Por ejemplo, uno de los personajes podría considerar que su forma de vida es la más adecuada para su pareja, mientras que este último se encuentra inmovilizado por la falta de comunicación y el entendimiento mutuo.
Esta dinámica establece una serie de jerarquías emocionales y sociales que reflejan una profunda fragmentación en sus relaciones. La película se mueve a través de una estructura que asemeja un jenga emocional. Cada pieza del relato, ya sea un diálogo, un gesto o una escena, contribuye a la construcción de un panorama general de desubicación e incomprensión que parece siempre a punto de derrumbarse.
Los personajes parecen estar atrapados en una rutina mecánica que no les permite confrontar ni sus propios deseos ni los de los demás. En lugar de crecer o cambiar, se mantienen en un estado de estancamiento emocional, lo que profundiza su sensación de invisibilidad y aislamiento. Uno de los logros significativos del film es el modo en que logra transmitir la confusión interna y la falta de dirección de los personajes a través de su estructura narrativa. La narración presenta una segmentación emocional para enfatizar la falta de cohesión en las vidas de los personajes.
Las escenas, a menudo, se presentan de manera fragmentada, como un rompecabezas que el espectador debe ensamblar, reflejando la forma en que los personajes mismos intentan comprender sus vidas y relaciones. Esta segmentación también refleja el desajuste entre las expectativas y la realidad, entre el conocimiento superficial y la verdad profunda.
En conclusión, La práctica es una exploración íntima de la invisibilidad emocional y la desconexión en las relaciones humanas. A través de tonos apagados, una estructura narrativa fragmentada y una representación meticulosa de la vida cotidiana, la película ofrece una reflexión sobre la lucha por comprender y ser comprendido en un mundo lleno de malentendidos. La habilidad de Retjman para capturar la esencia de este conflicto interno y externo convierte a l estreno nacional de esta semana en una experiencia cinematográfica resonante por su rareza, donde cada fragmento de la historia contribuye a una imagen más grande de aislamiento y búsqueda de conexión.
TÍTULO ORIGINAL: La práctica
DIRECCIÓN: Martín Rejtman.
ELENCO: Esteban Bigliardi, Mirta Busnelli.
GÉNERO: Drama.
ORIGEN: Portugal, Chile, Argentina, Alemania.
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