
Escalera a la fama
En los años 80 en Hollywood, la estrella de cine para adultos y aspirante a actriz Maxine Minx finalmente obtiene su gran oportunidad. Pero cuando un misterioso asesino acecha a las estrellas de Hollywood, un rastro de sangre amenaza con revelar su siniestro pasado.

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Por Ignacio Rapari
En 2022, X fue una inmensa sorpresa que traía de regreso a Ti West, una figura del cine de terror independiente que en obras como The House of the Devil, The Inkeepers y The Sacrament demostró su gran versatilidad para trabajar el género. Desde ritos satánicos y fantasmas hasta cultos en formato metraje encontrado, con X West apostó por el slasher, el cine porno y las películas Clase B en una obra no solo recordada por sus tremendos y depravados ancianos asesinos o sus inolvidables muertes, sino también por lograr una estilización apabullante que, lejos del «canchereo» más corriente, resignificaba un cine que, para una gran parte del mundo, nunca importó.
En Pearl, la precuela que llegó a los pocos meses de X, West desplazó la trama para que su protagonista (una inmensa Mia Goth que ya había interpretado la versión anciana del personaje en la película anterior con incontables kilos de maquillaje) fuera el centro de la historia. El trauma y las frustraciones que convirtieron a una joven y sumisa aspirante a actriz en una despiadada asesina no necesitaban ser del todo explorados, pero fue la oportunidad para que West pudiese darle su lugar a la era dorada del cine hollywoodense con un personaje que, finalmente, poco tendría que ver con las representaciones de aquel entonces.
MaXXXine, como secuela directa de X en términos argumentales, sitúa la historia en la década del 80 para inspirarse en las producciones Clase B de ese entonces, que triunfaron especialmente en las estanterías de los videoclubs. Lejos del espacio cerrado de la granja en las dos películas anteriores, West no solo trasladó la historia a un Hollywood sucio, oscuro y hostil, sino también a los hermosos sets que forman parte de su leyenda.
En su incesante búsqueda de fama y gloria, Maxine transita calles repletas de decadencia, clubs nocturnos y los mismísimos recovecos en los que el cine sucede, habiendo lugar hasta para el Bates Motel. Claro que todo esto tiene que ver con la posibilidad que tuvo West de contar con un presupuesto mucho mayor, que además de diversas locaciones, un elenco coral y todo tipo de despliegue visual, sumó a la cruzada personal de su protagonista una trama policial relacionada con un asesino serial (el mismísimo Richard Ramírez o Night Stalker, recordado por asesinar a 14 personas en Los Ángeles entre 1984 y 1985) y extraños sucesos que transcurren a su alrededor.
Es que mientras en X, el personaje de Maxine demostraba enfrentar el presente como sea para llegar a su objetivo, en el cierre de esta trilogía es el pasado el que amenaza con derribar su sueño luego de que consigue el protagónico de una película de terror de bajo presupuesto, dirigida por una realizadora en ascenso (deslumbrante Elizabeth Debicki) que tampoco tiene tiempo para perder.
En MaXXXine todo es mucho más grande y espectacular (algo que estos tiempos demandan constantemente), lo que hace que se trate de la entrega más mainstream de la trilogía. Sin embargo, se trata de un epílogo adrenalínico y adictivo totalmente atípico para las exigencias actuales de la gran pantalla y que reafirma a West como un baluarte del cine de género.
TÍTULO: MAXXXINE
TÍTULO ORIGINAL: MaXXXine
DIRECCIÓN: Ti West.
ELENCO: Elizabeth Debicki, Mia Goth, Michelle Monaghan, Lily Collins, Bobby Cannavale, Kevin Bacon, Giancarlo Esposito.
GÉNERO: Thriller. Terror.
ORIGEN: Reino Unido, Estados Unidos.
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