
Bestia no se nace, se hace
Tras presenciar la destrucción de su aldea y el violento asesinato de su madre, un joven inicia una intrincada venganza en la elite corporativa de India. Frente a falsos dioses que prometen riqueza a miles, el luchador amateur ascenderá escalón por escalón para llegar al culpable que ocasionó su miseria y la de todo un pueblo.

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Por Lucas Soto
Entre los rayos de un sol mañanero y los ojos de un niño tímido, una madre relata la historia de Hanumân, el dios mono que, por gula o simple curiosidad, confundió al sol con un jugoso y sabroso mango, cayendo así en la tentación de devorarlo. Claramente, este suceso llegó a los ojos de los demás Dioses, los cuales no tardaron en juzgarlo.
El niño, expectante, le pregunta a su madre qué sucedió con Hanumân, sin comprender que, a lo largo de toda su propia historia, solo él puede responder aquella incógnita. Con harapos, sangre mezclada con sudor y una mascara de mono maltrecha, el niño ahora es un adulto que pelea en los bajo fondos de India, tratando de armar su cuerpo y mente para iniciar la venganza sobre el hombre que le arrebato todo símbolo de esperanza.
Parte de la inteligencia del guion y su ejecución es cómo Dev Patel se para frente al relato clásico, consiente de que su poderío descansa no en el contenido, sino en la forma. Tomando el clásico camino del héroe, el joven vengativo deberá de fortalecer tanto su figura como sus dotes sociales para penetrar en las esferas corporativas que ponen en jaque a los más necesitados.
Es así que, junto con el DF Sharone Meir (Whiplash), Patel opta por la cámara en mano para realzar la brusquedad de los movimientos y, en los momentos de más calma, proporcionar una leve oscilación, generando una constante sensación de alarma. Esto, sumado a la paleta de tonos marrones que se explora en toda su tonalidad, enaltece la idea de que el protagonista nace y vive en el barro, en donde cada movimiento en falso salpica todo a su alrededor. De esta forma, es propicio remarcar que la búsqueda principal de su director es alejarse por completo de las secuencias de acción que destacan por sus coreografías espectaculares para así centrarse en las caídas, la carne que vomita sangre a chorros y el sudor desparramado por el piso.
“- ¿Te gusta John Wick? Porque esta pistola acaba de llegar. La misma de la película, pero fabricada en China.
– Quiero algo pequeño, pero eficaz”.
Tras este diálogo, Patel deja en claro que su proyecto inicial se despega de las epopeyas del Baba Yaga y su tumultuoso camino hacia el descanso eterno.
Monkey Man es un relato de cómo al hombre necesitado le es arrebatado su tesoro más preciado, inconsciente de que algún día podría perderlo. Como el relato de Hanumân, el protagonista lucha su ascenso para reclamarle a los falsos Dioses lo que le es suyo por identidad y pertenencia, desarrolla su otredad para comprender que su misión es incluso más grande que sus mundanas intensiones.
La venganza es únicamente el móvil para lograr un objetivo mayor: destronar al maligno para así, finalmente, descansar bajo los rayos de sol que le fueron arrebatados.
TÍTULO: Monkey Man: El despertar de la bestia
TÍTULO ORIGINAL: Monkey Man
DIRECCIÓN: Dev Patel.
ELENCO: Dev Patel, Sharlto Copley.
GÉNERO: Thriller. Acción.
ORIGEN: Estados Unidos.
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