No solo una cuestión de monopolio
Donald Trump asegura que la compra de Warner Bros. Discovery por parte de Netflix podría ser un problema.

Si te gusta lo que hacemos, podés colaborar para que siga creciendo esta comunidad.
Por Walter Pulero
Como esperábamos, la compra de Warner Bros. Discovery por parte de Netflix inmediatamente se convirtió en titular en las publicaciones de entretenimiento pero también en los medios económicos de todo el mundo, porque supone una verdadera revolución. La noticia no solo se quedaría en eso, sino que por el contrario, traería aparejado múltiples actores. Aunque no todos esperarían que fuera tan pronto y uno de los involucrados Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos ofreció una entrevista en la alfombra roja de los últimos Kennedy Center Honors donde aseguró que se reunió recientemente con Ted Sarandos, co-CEO de Netflix, y que, más allá de describirlo como “un hombre fantástico”, la combinación de las cuotas de mercado del servicio de streaming y Warner podría ser un problema. La iniciativa, valuada en u$s82.700 millones (Netflix pagaría 23,25 dólares por acción, más 4,50 dólares en acciones de Netflix), colocaría bajo una misma propiedad a dos de los servicios de streaming más grandes del mundo y sumaría a Netflix la división cinematográfica y televisiva de Warner Bros. Discovery. Esta operación impacta directamente en la estructura de la industria del entretenimiento, afectando competencia, diversidad, precios y control del mercado.
Y, si me permiten, es posible trazar un paralelismo —con matices importantes— entre lo que plantea Trump en este caso sobre concentración mediática y lo que buscaba la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) sancionada en Argentina en 2009 durante el kirchnerismo. Cuando un actor controla demasiada porción del sistema audiovisual, puede influir de forma desproporcionada en la opinión pública, limitar la competencia y afectar la pluralidad. En EE.UU. hoy el foco está sobre; en Argentina, el enemigo identificado era el Grupo Clarín. La LSCA planteaba que el sistema mediático argentino estaba excesivamente concentrado y buscaba limitar la cantidad de licencias por grupo, separar verticalmente cable, productoras y señales, impedir que un mismo grupo controlara simultáneamente demasiados segmentos y fomentar la pluralidad y diversidad de voces.

Pero al inicio del anterior párrafo explicaba que existen «matices importantes» entre ambos discursos. Y la diferencia clave es que mientras Trump dice lo dice, a la vez su yerno Jared Kushner está apoyando la oferta rival de Paramonut. Lo que plantea que la preocupación es real pero también política y personal.
¿Qué tiene que ver el yerno de Trump con la competencia de Netflix en esta compra? Kushner mediante su firma de inversión Affinity Partners se sumó a la oferta hostil de Paramount Skydance para comprar Warner Bros Discovery por US$ 108.400 millones (pagaría 30 dólares por acción de WBD, lo que supone un aumento de 18.000 millones de dólares para los accionistas). Esta oferta apuesta a quedarse con todo Warner, incluyendo no solo los estudios de cine y streaming (como en la oferta de Netflix) sino también redes de cable y canales de noticias, como CNN (anti-Trump).
Por lo tanto, existe un claro conflicto de intereses: si Trump participa en la revisión del acuerdo, está en una posición donde su familia (a través de Kushner) tiene un interés económico directo en que prevalezca la oferta de Paramount sobre la de Netflix. Ya no está en debate solamente una cuestión de mercado, sino que también intervienen intereses personales y de poder.
Si te gusta lo que hacemos, podés colaborar para que siga creciendo esta comunidad.
