
La franquicia que se reinventa
En el año 1996 llegó a los cines la primera película de una saga que lo iba a cambiar todo: Scream. Bajo la dirección del gran Wes Craven, nos introduciría al meta-horror y significaría un cambio de aires para un subgénero que ya parecía muerto: el slasher.


Por Theo Cesari Rives
Hace unos meses subí un video a mi canal de YouTube, Cinema Paravicio, analizando los distintos vértices del cine slasher y sus principales exponentes (pueden pasarse si les interesa). Sinceramente, debe ser la única franquicia de terror que continúa manteniéndose de pie, con películas que se superan una a la otra. Scream es una carta de amor al subgénero slasher; uno de los mas bastardeados y sin embargo de los más importantes del terror. La intelectualidad de aquellos que dicen ser grandes críticos de cine no les permite ver la esencia cinematográfica propia de satisfacer al espectador y entretenerlo.
No es un subgénero que se enfoque en la trama, sino más bien en las muertes y en la creatividad de estas. Todos siempre sabemos cómo terminan, aunque esto es un punto fuerte de la saga. Personalmente, el 90% de los finales de Scream son nada predecibles y eso hace que la historia te atrape y sospeches de todo el mundo.
Hay muertes crueles, hay persecuciones angustiantes y hay mucha pero mucha sangre. Esta saga en paralelo también toca temas fuertes, las consecuencias de tu accionar, las dolorosas herencias y como el pasado puede seguir pesándote.
Otra columna de la saga es su humor y su constante parodia al subgénero; utilizando referencias hacia las mismas películas que la formaron y, hasta, de las propias. Dentro de la saga existe otra saga que referencia a Scream: Stab. Y esta es utilizada para poder jugar con que todos entienden que están dentro de una película, sin dejar de percibir la asfixiante realidad.
A través de las 6 películas la saga se reinventa y permite que nuevas caras aparezcan y nos deleiten con sus actuaciones: Jenna Ortega y Melissa Barrera han cumplido con lo esperado y refrescan la trama de manera excelente permitiendo a Neve Campbell y a Courtney Cox pasar página. Las conexiones con las películas anteriores por parte de los nuevos protagonistas son fuertes y no necesitan demasiadas explicaciones; existen, se apoderan de un mundo al que pertenecieron y les pesa la herencia de Woodsboro, un pueblo bañado en sangre.
Necesitamos más cine asi, que ponga las cartas sobre la mesa y se juegue por sus espectadores más acérrimos. Cualquier fan del terror te puede decir que Scream es una gran saga que abraza a sus fans y les entrega películas que entienden lo que se quiere ver.
Debemos sacarnos las “caretas” por un rato y disfrutar un cine sin mayores pretensiones que la de entretenernos. La crítica debe entender que no es más erudita por aplaudir una biopic dramática que de todas formas iba a ser aclamada; ha de empezar a valorar más al género de terror, que existe desde los orígenes del cine y ha sido históricamente olvidado. El terror asusta, entretiene y, por ende, cumple su función.
El jueves 9 de marzo se estrenó la sexta entrega, dirigida por Tyler Gillett y Matt Bettinelli-Olpin. Esta nueva película está llena de referencias y buen fan service, apoyada en muertes escabrosas y una historia más que interesante. Si nunca te adentraste al cine de terror, Scream es una gran saga para hacerlo. Ghostface te va a estar esperando.
