Daisy Edgar-Jones y Glenn Powell en el ojo de la tormenta
Tras una trágica perdida producto de un tornado demencial, una meteoróloga es persuadida por un viejo amigo para retomar la caza de estos fenómenos naturales. Aún así, la destrucción que los tornados dejan por toda Oklahoma no son los únicos problemas con los que tendrán que lidiar.
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Por Lucas Soto
Helen Hunt y Bill Paxton. Jan de Bont, que venía de realizar Máxima velocidad y de participar como director de fotografía en películas como Duro de matar y La caza del Octubre Rojo. Un guion de Anne-Marie Martin y Michael Crichton, cuyo imaginario ya había sido trasladado a la gran pantalla gracias a Steven Spielberg y su odisea jurásica. Para colmo, este último serviría como productor.
Todos los condimentos estaban puestos para la creación de una de las obras de cine catástrofe más influyentes de la taquilla no solo estadounidense, sino mundial. Así lo fue. Claramente, no solo el apartado técnico y sonoro fue el motivo del éxito que la posiciona, hasta el día de hoy, como un blockbuster indiscutido, sino también el recorrido que el dúo protagonista debe de transitar para cumplir su objetivo. ¿Es sobre meterse en el ojo de la tormenta para así salvar y prevenir futuros desastres meteorológicos? Sí, pero también es sobre superar el pasado, arreglarse con el presente para que una luz pueda atravesar las nubes de un futuro incierto.
Veintiocho años después, y tras un sinfín de películas que han intentado -y fallado- acercarse a concebir una obra semejante, el cine catástrofe tal como lo conocemos –destrucción espectacular, un contrarreloj que anuncia un final desesperanzador y un grupo de héroes que deben de realizar las tareas más heroicas y, por ende, grandiosas que alguna vez siquiera pensaron– parecía haberse estancado en productos que trascendían más por la estrella de acción de turno que por la experiencia audiovisual y el semejante escenario a ofrecer. Pero, como si del desenlace de un tornado se tratara, luego de la tormenta viene la calma.
Contando nuevamente con la producción de Amblin Entertainment y con una historia que lleva el sello de Joseph Kosinski, unos de los realizadores que mejor refleja la espectacularidad narrativa hoy en día, llega Tornados, un reinicio que coloca problemáticas ya conocidas en el plano actual, en donde la modernización y el aprovechamiento de recursos son algunos de los elementos que dificultan el camino de los nuevos protagonistas.
Enfocada en las cicatrices obtenidas por la tragedia que la hizo alejarse de su pasión, Kate (Daisy Edgar-Jones) se encuentra nuevamente en el campo de batalla, aunque no es la única guerrera. Sirviendo como consejera de su viejo amigo, Javi (Anthony Ramos), descubre cómo un grupo de -autoproclamados- cazadores de tormentas, van al acecho de todo tipo de tornado que se genere a lo largo y ancho de Oklahoma. Este grupo, liderado por el temerario Tyler Owen (Glenn Powell), no tiene reparos en meterse de lleno en el ojo de los tornados, para así conseguir el plano perfecto que evoque en miles de vistas online.
Tras presentar los peligros inminentes que corre la ciudad y el triángulo amoroso que desequilibra constantemente la balanza entre los personajes, la empresa dedicada a prevenir futuros desastres -la ciencia- y el grupo youtuber que vive del frenesí -el entretenimiento- deben de buscar la forma de trabajar juntos por un objetivo en común: salvar a los sufridos ciudadanos que pueden perderlo todo.
Haciendo referencia a la nueva dupla intrépida, la elección de estrellas emergentes, unas más consolidadas que otras, genera una empatía instantánea en el espectador, tal como se concibió allá por el 96, en donde la química producida entre Paxton y Hunt trascendía por fuera de la pantalla. Lee Isaac Chung, director de esta entrega, trabaja fehacientemente en potenciar la profundidad actoral del casting, logrando así que el reparto no solo emane su “cara bonita”, sino que exteriorice los dolores de un pasado irresuelto y las dudas frente a una amenaza tan desafiante como imprecisa. Algo similar se vislumbra en Minari, trabajo anterior del director, aunque con sus respectivas diferencias.
Glenn Powell y Daisy Edgar-Jones. Joseph Kosinski tras una historia que reúne los mejores elementos de la entrega pasada. Un director en ascenso que prevalece por su autoría y el trasfondo de sus personajes. Recursos tecnológicos que permiten los mejores efectos visuales recreados hasta la fecha. Spielberg de vuelta en la producción. Todas estas piezas estaban servidas en bandeja de plata para que este reinicio signifique una bocanada de aire fresco tanto para el género de cine catástrofe como para el espectador que busca una experiencia cinematográfica tan extasiante como reconfortante. Y así lo es.
TÍTULO: Tornados
TÍTULO ORIGINAL: Twisters
DIRECCIÓN: Lee Isaac Chung.
ELENCO: Glen Powell, Daisy Edgar-Jones.
GÉNERO: Aventuras. Acción.
ORIGEN: Estados Unidos.
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