25 de septiembre de 2025
Una-batalla-tras-otra (1)

Revolución, poder y obsesiones

Un ex miembro de un grupo revolucionario buscará ayuda de otros revolucionarios para enfrentar a un viejo enemigo y encontrar a su hija desaparecida.


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Por Sebastián Arismendi

El director Paul Thomas Anderson regresa con fuerza luego de su último film Licorice Pizza (2021), su proyecto personal más encantador. Una batalla tras otra (2025) es su obra magna y el mejor PTA de todos. Basada ligeramente en la novela Vineland (1990) del escritor estadounidense Thomas Pynchon, la película reúne a grandes estrellas como Leonardo DiCaprio, Sean Penn (en el rol protagónico), Benicio del Toro, Regina Hall, Teyana Taylor, Chase Infiniti, Wood Harris y Alana Haim.

Una batalla tras otra es, literalmente, lo que su título expresa: una epopeya frenética en la que solo habrá un ganador y muchos perdedores. Se trata de una película de persecuciones con un profundo mensaje político: un grupo de revolucionarios antisistema, en defensa de la lucha racial y de los inmigrantes, realiza liberaciones de personas detenidas en centros de detención de la policía migratoria (ICE). La revolución, sin embargo, se ve truncada cuando uno de sus miembros comete un error que obliga al grupo a dispersarse y entrar en
la clandestinidad.

Sabemos lo que ocurre actualmente en Estados Unidos y no hace falta un repaso de titulares. La situación ya alcanzó niveles de terror y fascismo. Anderson es consciente de ello y, sin ocultar nada, ofrece un drama sobre la
obsesión, el egoísmo y las luchas colectivas en favor del individuo.

La duración del film roza las tres horas; sin embargo, el montaje de Andy Jurgensen es dinámico, eléctrico y mantiene al espectador al borde de la butaca. No hay respiro para los personajes, ni tampoco para nosotros. Todo esto se complementa con la banda sonora y la excelente fotografía de Michael Bauman, colaborador habitual de PTA, quien utiliza iluminación natural, planos abiertos, saturación de colores en los pasajes desérticos de la tercera parte y un constante predominio del ocre, el amarillo y el naranja, otorgándole a la película una marcada personalidad western.

DiCaprio entrega todo de sí en una interpretación que recuerda a su neurótico científico en Don’t Look Up (2021), solo que aquí es más descuidado y autodestructivo. Aun así, nada se compara con Sean Penn y su papel de villano digno de premios: frío, sádico y manipulador, que por momentos evoca al Javier Bardem de No Country for Old Men (2007), aunque con una intensa pulsión sexual.

No se puede cerrar esta crítica sin mencionar la labor de Teyana Taylor, cuyo papel es crucial en la primera hora de metraje y una verdadera explosión de deseo e inestabilidad. Regina Hall regresa al cine en un rol más dramático, alejándose de la pantomima de Scary Movie (2000). El potencial de Chase Infiniti, por su parte, merece ser observado con atención.

Una batalla tras otra (2025) es la película más costosa y aparatosa de Paul Thomas Anderson, pero eso no significa que haya abandonado su estilo; al contrario, lo potencia. Presenta personajes obsesionados y compulsivos al límite, movidos no por el dinero, sino por el poder, la razón y las causas justas, según de lo que se trate: lo peor o lo mejor del ser humano.


TÍTULO: Una batalla tras otra
TÍTULO ORIGINAL: One battle after another
DIRECCIÓN: Paul Thomas Anderson.
ELENCO: Leonardo DiCaprio, Sean Penn, Benicio Del Toro, Regina Hall, Teyana Taylor, Chase Infiniti.
ELENCO SECUNDARIO: Wood Harris, Alana Haim.
GUION: Paul Thomas Anderson.
GÉNERO: Thriller. Drama.
ORIGEN: Estados Unidos.

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