19 de marzo de 2024

Esta noche ser? ?pica

 

Ver?nica al fin hab?a terminado los ex?menes. Tan solo un d?a antes no esperaba estar de vuelta en su pueblo tan pronto. Pero se preocup? por rendir en la primera mesa para aliviar su fin de a?o plagado de finales. Adem?s la recompensa lo ameritaba: sus amigos har?an de este Halloween algo genial, ?pico, seg?n palabras de su novio Leandro. Aunque usar?an la casa de alguien que no es del grupo, no pudieron resistir la ubicaci?n, en las afueras del pueblo, cerca del cementerio, disimulados de los adultos por 1500 metros de bosque. S?, esta noche ser? ?pica.


Por Rodrigo Vega

La segunda pareja

Se disfraz? de la Mujer Maravilla. Su novio de Flecha Verde. Como buena futura psic?loga, sab?a que la risa era el mejor remedio contra el estr?s al que estuvo sometida por rendir. Pas? a pie como todos, a buscar a su novio, el vanidoso Leandro. Que tard? m?s que ella en cambiarse, tratando de lucir sus m?sculos a toda costa. Varios grupos de ni?os tocaron el timbre en busca de su dulce. Ella los atendi? sonriente, saludando a cada chaper?n, anticipando la fiesta en la que se ver?an m?s tarde.

Su novio hab?a decidido que necesitaba ajustar m?s el chaleco, pero el kit de costura de su madre estaba en el lavadero, fuera en el patio. Ella recibi? a un ?ltimo grupo de ni?os antes de ir a buscarlo para salir a cenar.

Por un instante crey? que su novio hab?a optado por otro disfraz, pero luego not? que la sangre falsa apestaba, que hab?a sangre fresca en el piso del lavadero, que ese muchacho no estaba tan en forma como Leandro, que su mano expon?a de manera muy realista las venas, los huesos, los tendones. Que la capucha negra proyectaba una sombra sobre el rostro y no pod?a saber si era o no su novio. Entonces retrocedi?, quiso hacerlo con seguridad y calma como si estuviera frente a un perro agresivo. Pero resbal? con la sangre y cay? al piso porque las piernas de Leandro ca?an inconvenientemente. Grit?. Aunque a nadie alertar?a un grito entre tantos otros que los ni?os estaban generando al frente de la casa. Cuando nadie atendi?. Y los rollos de papel higi?nico comenzaron a lanzarse para dejar la travesura asegurada. Su novio estaba con los ojos abiertos y la cabeza en 180? hacia atr?s. No pudo hacer mucho excepto quitarle las tijeras de la mano para lanzarse contra el intruso. Consigui? apu?alarlo varias veces mientras ?l la imitaba con sus fr?as manos.
-?Hijo de puta! ?Esto no es justo! Mientras ca?a inerte su respuesta lleg?: -Es que nunca lo fue.

Joel pas? escuchando su ?lbum favorito para estas noches. Aunque el cobarde empez? a escuchar m?sica cuando ya estaba en el centro rodeado de gente. ?Thriller?, single cuyo video es su favorito. Comenz? a cantar por lo bajo, gir? en la esquina de la casa de Leandro, desde donde se pod?a ver el lavadero con la puerta entreabierta y un charco de sangre d?ndose paso hasta el cemento. Por supuesto no mir? hacia el patio. Solamente se entretuvo cuando los chicos sal?an corriendo despu?s de llenar el frente de la casa con papel.

Sus pasos marcaron un recorrido sanguinario. Los novios ya ten?an en mente a una pareja, luego a otra, luego a otra, pero… Joel pas? frente a ellos iluminado pensando en Ana. As? es, resulta que despu?s de todo ?l s? la ama. Y desea que el verano sea genial para los dos, juntos. Para eso quiere un auto, lo necesita para llevarla de viaje. Todo lo planea con ella presente, gran error hacerlo frente a ellos.
Porque ese fue el instante en que se convirtieron en la tercera pareja.

 

La tercera pareja

En principio los espectros estaban merodeando una casa en el centro, porque unos j?venes se hab?an comprometido d?as atr?s. Pero el aroma del amor juvenil que reci?n comienza a volverse serio, les result? irresistible, un amor similar al suyo.
Joel lleg? puntual, 21:30 horas. Los padres de Ana se estaban retirando, pasar?an a buscar a unos amigos primero, luego al baile. Ella estaba preciosa, radiante. ?l la mir? fascinado.

Como al principio, cuando ella le dijo que s?, que le pasaba lo mismo. La respuesta m?s excitante que hab?a recibido. Pens? en esos momentos, el nerviosismo, la forma en la que se esmer? por tratarla cual porcelana o cristal. Las caricias a su piel, los besos, los abrazos, las palabras, todo con suma delicadeza y pasi?n. En eso solamente podr?a pensar ahora.

Una vez m?s ignorando el horror a su lado, acechante, ansioso, dispuesto a saltar sobre ellos con m?s crueldad que con las parejas anteriores. Mayor amor, mayor castigo.
Los ni?os dejaron las calles, los padres de ella se marcharon. Quedaron a solas. Ana quiso salir a comer con amigos pero Joel le pidi? tiempo para disfrutar juntos antes de la gran fiesta. Cuya anticipaci?n vibraba espectral provocando una c?pula de bruma todav?a invisible sobre el pueblo. Dise?ada para dormir a los ni?os y sus ni?eras, embriagar y entorpecer a los adultos, con el atroz fin de atrapar a los j?venes en la gran casa. Pero m?s de eso luego.

Joel le coment? a su amada que una pareja estaba parada en la vereda de enfrente, por primera vez en toda la noche los not?. Por un instante lamentablemente, pues de inmediato la marat?n de Scream regres? de la pausa publicitaria. Y ?l cerr? la cortina, se concentr? en mirar la pel?cula, olvidando a esa t?trica pareja que permanec?a inm?vil esperando. Cuando la primera parte termin?, salieron al patio a ser rom?nticos. Se recostaron en la hamaca con vista al jard?n y las estrellas. Al menos deber?a haber estrellas visibles con el cielo despejado. La niebla lo imped?a, incluso invisible, sus efectos eran notorios para cualquiera que prestara la debida atenci?n. Un alerta de los dioses. Los nuevamente enamorados lo ignoraron.

Ana sinti? fr?o al cabo de 20 minutos. Su novio la dej? sola para ir a buscarle la campera y una manta. Las sombras avanzaron sobre ellos. Joel not? una figura a trav?s del vidrio de la puerta, record? haber visto ese extra?o par, golpearon tres veces con deleite. Abrirle fue una p?sima reacci?n. El cad?ver esboz? una sonrisa antes de tomar el brazo del chico.

Aplast? su mu?eca derecha sin esfuerzo, ingres? a la casa y una r?faga de aire que sonaba como el llanto de una mujer cerr? la puerta. Joel lo hubiera ignorado, la luz de las l?mparas estrelladas contra el suelo de la sala de estar proyectaron chorros de sangre disparados contra las cortinas. Nadie escuch? el dolor de la v?ctima, el viento helado y sollozante lo ahog? de inmediato.

Mientras tanto ella cre?a que su novio estaba de regreso para abrigarla, pero las manos heladas y su olor f?tido alertaron sus peores temores. Esa extra?a sensaci?n que tuvo toda la noche, cobraba sentido, ten?a vida, era muerte. Salt? de la hamaca evitando el pu?al que estaba destinado a su espalda. La novia retir? su brazo del mueble de madera dejando un hueco ensangrentado. No podr?a detenerse ahora, avanz? partiendo su obst?culo en dos, sus ojos negros brillaban alimentados por la ira. Joel se arrastr? hasta el patio para protegerla. Ana lo vio cuando sus intentos atacar al fantasma resultaron f?tiles. Clavarle un hacha y tijeras para podar a esta abominaci?n no funcion?. De inmediato sinti? la palma inerte atraves?ndola. Fue lento y cruel, y les dejaron reunirse antes de terminar la misi?n que el odio les impuso. No hubo preguntas, solo dos ?te amo?. Ante esto los novios permanecieron callados. No hab?a m?s que decir, optaron por perderse en la oscuridad, ver el amor puro de sus v?ctimas agonizantes, deber?a ser una victoria. Pero no, a?n son capaces de sentir. Y dentro suyo, en alguna parte, est?n sufriendo encarcelados, obligados a verse asesinando parejas que se aman como alguna vez ellos lo hicieron. Y lo que es peor, la noche reci?n comienza.

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