En el nombre del Padre, del Hijo y de Benoit Blanc
El reverendo Jud Duplenticy llega a un pueblo que cuenta con la fuerte presencia del monseñor Wicks, quien tiene cuestionables métodos pero un séquito que lo acompaña fielmente. Cuando la tragedia se desata y todos apuntan al recién arribado, las funciones de Benoit Blanc serán solicitados.

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Entre navajas y secretos (Knives Out, 2019) había sido una grata sorpresa en el género whodunit. Dos años después llegó su secuela Glass Onion: un misterio de Knives Out (2022), y ambos largometrajes evidenciaban las características de la saga: un elenco repleto de estrellas, giros de trama que mantienen latente el suspenso y el detective Benoit Blanc (Daniel Craig) investigando diferentes casos para desenmascarar el misterio.
Más allá de una uniformidad en dichas características, su tonalidad sí resultaba dispar: al margen de los comentarios sociales que se codeaban en la trama, el primer film resultaba un tanto más sobrio en la personificación de sus figuras, mientras que su secuela se basó en la sátira, lo bizarro y un tono más disparatado. La tercera parte Wake Up Dead Man: A Knives Out Mystery (2025) podía ser una incógnita respecto a cuál de los dos caminos tomaba y hacia dónde se inclinaba la balanza. Y como especie de informe preliminar, cabe destacar que parece torcerse hacia el primero de éstos.
El estreno de Netflix sigue al reverendo Jud (Josh O´Connor), quien tras un incidente es trasladado a un pequeño pueblo. Allí deberá compartir misa con el excéntrico Wicks (Josh Brolin), con métodos un tanto cuestionables pero infalibles ante su congregación. El recién llegado es visto con cierto recelo, y una misteriosa muerte ocurrida durante la ceremonia lo tendrá como principal sospechoso. ¿Pero quién mejor que Blanc para descubrir todos los misterios que tiene este nuevo caso?
El director y guionista Rian Johnson cuenta con un nuevo elenco estelar compuesto por Glenn Close, Andrew Scott, Jeremy Renner, Cailee Spaeny, Mila Kunis, Thomas Haden Church, Daryl McCormack y Kerry Washington para fortalecerse en sus caracterizaciones y situarse en una lógica de “pueblo chico, infierno grande” mediado por la religión.
Durante sus casi dos horas y media de duración, el realizador propone un primer acto focalizado en la construcción del pueblo y sus personajes, con una narrativa más introspectiva a la de su largometraje anterior y una construcción más apaciguada del suspenso, manteniendo temáticas sociales que son peculiares en la franquicia, esta vez encuadrado en la fe, los milagros y otras nociones eclesiásticas. Cabe destacar que ante tantas caras reconocibles inevitablemente algunas resultarán desaprovechadas o sin la posibilidad de sacar todo el potencial, pero nada inesperado de propuestas de este estilo; para este caso, se destacan Brolin, Close y O´Connor –demostrando en su creciente carrera la capacidad de hacerse cargo del proyecto-.
En lo que respecta al terreno de la investigación, el guion de Johnson vuelve a abrazar los misterios de Agatha Christie y John Dickson Carr –este último, con un homenaje bien marcado- logrando mantener el misterio hasta últimas instancias y con un final que logra sobresalir entre lo mejor de sus películas y que va en sintonía con su rasgo distintivo dentro de la saga. La aparición del personaje de Craig es tardía, recién para cuando a su labor lo llaman para trabajar codo a codo con la oficial Geraldine (Kunis), y su figura va incrementando con el correr del metraje –en el inicio su irrupción es un tanto apagada a diferencia de sus dos intervenciones pasadas- para recién sobresalir en el final de la obra, teniendo consonancia entre lo mejor del protagonista y unas de las escenas más lúcidas de su director.
Si sumamos la grisácea fotografía de Steve Yedlin –hay una buena combinación entre lo agrisado y soleado dentro del debate de dogma entre Benoit y Jud-, queda claro que Johnson decidió volver a las riendas más cercanas a la obra del 2019 –y a los buenos capítulos de su serie Poker Face (2022)-, con otra sólida historia –y más circunspecta- que logra posicionarse como una más que correcta recomendación para el cierre del año.
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