Pasa en las mejores familias
La desaparición de la matriarca Joy pone a los Delaney en jaque, y hará florecer las miserias de una de las familias reconocidas de West Palm, quienes deben unirse entre las desconfianzas y secretos para saber qué sucedió con su madre.
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Por Ignacio Pedraza
Todo parecía ir bien para Joy (Annette Bening) en la soleada West Palm mientras andaba en su bicicleta comprando manzanas. Plano posterior, las frutas tiradas por el suelo combinan con el rojo de una supuesta sangre y, si bien no vemos a la mujer, el medio de transporte arrojado en el asfalto nos indica que algo ha pasado.
Las horas corrieron, los días también y la familia Delaney comienza a preocuparte por la matriarca, y por eso sus cuatro hijos y esposo se pondrán en la búsqueda en Un revés inesperado (Apples Never Fall, 2024), la nueva miniserie de Universal+ que alberga el suspenso y drama para ahondar en las causas y consecuencias de la desaparición del personaje de Bening.
La serie creada por Melanie Marnich toma la búsqueda del paradero de Joy para ir descubriendo los secretos familiares. Con una narrativa que se sitúa en dos puntos de la línea temporal distintos, uno abarca el pasado para ir conociendo más de estos crípticos personajes y otro anclado en el presente que puntualiza en la investigación sobre el paradero de la madre.
Basado en la homónima novela de Liane Moriarty –autora de una gran adaptación en la pantalla chica como fue Big Little Lies-, los directores Chris Sweeney y Dawn Shadforth no solo se apoyan en la narrativa no lineal sino también en la perspectiva de, principalmente, sus cuatro hijos: en los primeros cuatro capítulos que tuvimos acceso, cada episodio aborda con mayor énfasis en alguno de ellos –tan así, que los propios episodios llevan el nombre del “agasajado”- que permite conocer más sobre cada uno de ellos y la potencial implicancia que puede llegar a tener con el caso.
Sí, es inevitable el recuerdo a aquella gran serie como fue Bloodline (2017), por el abordaje que tenía en la interacción entre hermanos, los asuntos familiares no resueltos, el suspenso mediando dicha relación y hasta las altas temperaturas de la zona costera. Sin embargo, aquella creación de Todd y Glenn Klessler y Daniel Zelman gozó de una sobresaliente primera temporada y su conflicto se veía alargado –y desgastado- en su continuidad en la segunda y tercera.
Aquí, quizá, la nueva propuesta de NBC puede gozar de mejor salud: el formato de miniserie es funcional a la trama presentada, que mantiene el interés con giros de la trama no tan pronunciados pero sí que logran proseguir con la desaparición y con personajes que cuentan con personalidades que permiten ser explotados en el aspecto dramático.
A esto se suma un reparto con reconocidos rostros y un elenco coral donde el argumento puede generar fugas por varios lados. Bening cumple a la perfección con el rol de madre sostén de la familia, que en un primer momento parece feliz, junto a un Sam Neill que también funciona como contraparte adusta. El cuarteto de descendiente compuesto por Alison Brie, Jake Lacy, Conor Merrigan Turner y Essie Randles en esos capítulos más panorámicos también cumplen, mediados por la enigmática Savannah (Georgia Flood), siendo un personaje utilitario para ser por momentos focos de conflicto.
Un revés inesperado –el título en español juega más con el glorioso pasado tenístico de la pareja mayor- corre el riesgo de que, con el tiempo, pueda no ser memorable; pero sin embargo logra ser llevadera y que contemple bien tanto la noción del drama como del suspenso, con los secretos familiares como estandarte, algo que siempre despierta interés.
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