
Las apostillas del deporte
La nueva miniserie animada sigue a un equipo de softball previo a la final del campeonato. En cada episodio, la trama se sitúa en un personaje involucrado en dicho deporte.

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Por Ignacio Pedraza
Dicen que los partidos definitorios se juegan como finales del mundo, pero no que sea el fin del mundo. El epílogo del campeonato tiene componentes surreales, pero vamos a tener que recurrir a una semana anterior de dicho evento para entender las causas.
En Ganes o pierdas (Win or Lose, 2025), la primera serie original de Pixar –anteriormente incursionó en la pantalla chica, pero derivados de sus creaciones cinematográficas- retrata los aspectos deportivos pero no propio del juego, sino que sirve como excusa para abordar diferentes problemáticas juveniles –y también adultas- que convergen en el equipo de softball liderados por el entrenador Dan (presta su voz Will Forte).
Cabe destacar un aspecto del nuevo proyecto: más allá de presentarse como un trabajo de la empresa de Luxo Jr., el estreno no está apuntado principalmente a los más chicos –quizá por primera vez en la historia del estudio- sino que los registros de calificación –y que se percibe en su trama- es para mayores de trece años, donde preadolescentes y adultos sabrán apreciar las temáticas narradas.
Los ocho episodios dirigidos por Michael Yates, Carrie Hobson y David Lally siguen al equipo por fuera de la competencia, y cómo se relaciona lo que pasa dentro de la cancha con el afuera. Lo más llamativo es la capacidad narrativa para que, en especie de elenco coral, cada episodio cuente con un protagonismo diferente: desde la hija del entrenador hasta la figura del equipo –y pasando por asuntos adultos, como es la segunda emisión que se focaliza en el árbitro de los partidos-, cada capítulo presenta las problemáticas que deben enfrentar desde la perspectiva del personaje principal.
Volviendo al rango etario al que es apuntado el flamante estreno de Disney+, los argumentos de cada uno de los episodios no están exentos de madurez ni de un tratamiento realmente veraz, donde los protagonistas lidian con las inseguridades, los roles paternos y hasta obstáculos económicos con un tono no siempre jovial; cuestiones que podrían dejar a los más pequeños afuera de la propuesta.
Para abordar el enfoque propio de sus personajes, los recursos de los guionistas Yates y Hobson son de un abanico amplio, repleto de surrealismo, para lograr adentrarnos en las lógicas y escollos que afrontan. A ello se le suma la animación, que se identifica rápidamente como producto propio del estudio debido al estilo característico aunque sin descollar o sorprender, con muchos trucos para enriquecer la trama y volverla dinámica con una paleta de colores muy diversa en la fotografía de Brian Boyd y Patrick Lin –este último con varios antecedentes en la empresa-.
Ganes o pierdas sorprende con un tono más maduro a lo que puede esperarse e interpelará a los más grandes de la familia. Si a eso le sumamos un desarrollo a sus personajes de manera amplia y coral que la hace enérgica y que logra confluir, parece ser un buen andar –y demostrar otro tono, sumándose a lo que vimos en Producciones de ensueño (Dream Productions, 2024)- de Pixar por esos rumbos.
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