Por Rodrigo Vega
Quer?an estar solos, en medio de tanta diversi?n prefirieron aislarse para poder estar juntos. No se ve?an demasiado, ambos estudiando en distintas ciudades, tal vez para otros ser?a el fin. En su caso la distancia consegu?a intensificar las emociones. Esa tan especial en particular, la que una vez lograda puede cambiarlo todo, cuando pura resiste cualquier obst?culo: el amor. Anticipaban este momento, desde que se disfrazaron para ir a la casa de Natalia, la rara de la secundaria. M?s raro a?n era su repentina simpat?a y predisposici?n a ofrecer la enorme casa de su familia para la fiesta. No importaba, ellos quer?an verse, disfrutar junto a sus amigos, despertar juntos.
No quedaba mucho por hacer, cayeron al piso, sangrando y jadeando. Dami?n la mir? enamorado. Le dijo el final de la oraci?n ?…algo para empezar nuestra vida, vos y yo. Ese verano, supe que hab?a encontrado mi refugio, mi respuesta, mi amor?. Lo abraz? mientras la sombra cubri? sus cuerpos, el fr?o de la muerte los rode?.