La marcha del golazo solitario
Doce años después de su huida, el delincuente profesional Trojan regresa a Berlín y es contratado para robar un valioso cuadro en un Museo de la ciudad. Pero el golpe, meticulosamente planeado, pronto se saldrá de control.
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Por Gastón Dufour
Dirigida por Thomas Arslan y presentada en el reciente Festival de Cine Alemán, Sin códigos marca el regreso a las aventuras de Trojan, el complejo y solitario ladrón interpretado por Misel Maticevic, un actor alemán de ascendencia croata que ya había dado vida al personaje en En las sombras. La película, que se estrenará en salas este jueves, continúa explorando la vida de este criminal meticuloso en un Berlín sombrío.
Trojan, después de una ausencia de más de una década, vuelve a la ciudad para realizar un robo que parece prometedor, pero pronto descubre que el mundo criminal al que pertenecía ha cambiado, al igual que él. Arslan, conocido por su estilo visual sobrio y por dotar a sus películas de un ritmo pausado pero cargado de tensión, vuelve a jugar con los contrastes entre el entorno urbano de Berlín y la soledad interior de su protagonista. La ciudad se convierte en un protagonista por derecho propio, con sus espacios industriales vacíos, las luces frías de neón y los silencios largos que refuerzan la alienación del personaje.
Maticevic brilla en su interpretación de este ladrón complejo, cuyas acciones están siempre calculadas, pero cuya vida personal es un caos latente. El actor logra transmitir la lucha interna de Trojan sin necesidad de muchos diálogos, basándose en miradas cargadas de significado y un lenguaje corporal contenido, pero tenso. Esta representación refuerza la sensación de que se trata de un hombre atrapado no solo por su entorno, sino también por su propio pasado.
El film, aunque sigue la estructura clásica del thriller, se diferencia por su enfoque en los detalles visuales y la creación de una atmósfera algo angustiante. Las escenas del robo, meticulosamente planificadas, son rodadas con un realismo casi documental que pone al espectador al borde de su asiento, mientras la cámara sigue los movimientos de Trojan con precisión quirúrgica. Su regreso a la pantalla grande no es solo una continuación de sus aventuras delictivas, sino también una reflexión sobre el paso del tiempo y la inevitabilidad del cambio.
Con un guion que evita los excesos y un estilo que apuesta por la contención, Sin códigos se posiciona como una de las propuestas más sólidas entre los estrenos de esta semana.
TÍTULO: Sin códigos
TÍTULO ORIGINAL: Verbrannte Erde
GÉNERO: Drama.
ORIGEN: Alemania.
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