La carrera espacial por el cereal
Si bien la empresa Kellogg´s domina en el negocio del desayuno infantil, su archirrival Post prepara un nuevo producto que lo puede poner en jaque, por lo que la escalada competitiva en la década del 60 desatará diferentes situaciones alegóricas a la Guerra Fría.
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Por Ignacio Pedraza
El reconocidísimo comediante Jerry Seinfeld incursionó en el cine animado coescribiendo el guion de Bee Movie: la historia de una abeja (Bee Movie, 2007). Bajo su tono característico, la obra que presentaba a Barry Benson fue totalmente menospreciada, debido a la distribución por parte de Dreamworks como una historia más del género, pero que no necesariamente apuntaba al público infantil y que los fanáticos de la icónica sitcom Seinfeld (1989-1998) lograban visualizar su huella.
En su último proyecto, Sin glasear (Unfrosted: The Pop-Tart Story, 2024), el largometraje que llega a Netflix –lugar que acobijó los trabajos más recientes del comediante- tiene al artista delante de cámaras, pero también a cargo de la dirección. Propia de la alocada mente del creador, la comedia se apoya en la disputa entre las empresas de cereales Kellogg´s y Post por la creación de un nuevo producto que pueda posicionarlo en el mercado como primera marca en los desayunos infantiles estadounidenses.
Ambientada en la década del 60, la disputa no deja de ser una alegoría a la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética en plena Guerra Fría, con referencias bastantes evidentes a niveles astronómicos. En un tono más inocente, el film se asemeja a lo hecho por Richard Linklater en la animada Apollo 10 ½: una infancia espacial (A Space Age Childhood, 2022) donde los viajes a la Luna tienen una connotación especial y le dan fuerza a la trama.
En su papel como Bob Cabana, Seinfeld está acompañado por una de las figuras del género más destacadas en los últimos años como es Melissa McCarthy, donde el guion le permite florecer su típico papel –al igual que lo hecho por Amy Schumer-. No obstante, quien destaca es Hugh Grant –con buenos pergaminos últimamente en la comedia-, ya que su rol tiene los momentos más destacados y hasta una subtrama relacionada a los personajes de los productos que podría haber opacado lo principal, pero su desarrollo queda en las orillas.
Sin embargo, a diferencia de la sátira animada del 2007, en esta ocasión el humor es bastante más burdo y a pesar de las referencias a la cultura de la época –por momentos evocando a La locura está de moda (Bananas, 1971)- que la disfrutarán aquellos que tengan más presente algunas cuestiones coyunturales, el largometraje puede pasar por una simple comedia que se disfruta pero no es memorable. Tal vez alguna pulida más al guion –quien Seinfeld lo escribió junto a Spike Feresten, Barry Marder y Andy Robin– hubiera ayudado para elevar la burla y el sarcasmo a un nivel un poco más notable, donde poco se puede percatar lo característico del humorista, a pesar de navegar con facilidad en la desmesura.
¿Entretiene? Sí, pero la vuelta de un crack en el género como Jerry podía alentarnos a otra cosa, más allá de destellos que parece encontrarse más a través de participaciones especiales en modo sketch que se ponen a tono con lo ofrecido –junto a la referencia a una de las mejores series de la historia que puede hacernos lagrimear, más por la reunión en sí que por lo brindado- redondeando una disparatada historia que logra caminar, pero a corta distancia.
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