4 de febrero de 2025
The_Newsroom

Ambas producciones de HBO comparten más similitudes que diferencias

De la mano de Aaron Sorkin y HBO, The Newsroom retrata la producción del programa estelar de la cadena ACN, bajo la coyuntura del inicio de la década del 2010 junto a unos diversos personajes que se enfrentan a los intereses económicos y políticos.


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Por Ignacio Pedraza

Bajo miles de discursos nacionalistas posibles que podríamos observar en pantalla, The Newsroom (2012) marca de manera clara la cancha desde la primera escena ante la tajante respuesta de Will McAvoy (Jeff Daniels), un reconocidísimo conductor, a la pregunta «¿Por qué Estados Unidos es el mejor país del planeta?». A partir de ese momento es apuntado por las fuerzas políticas y de su propia cadena, que necesita un lavado de imagen ante el pedido por su cabeza.

Por ello mismo, el presidente de la cadena, Charlie Skinner (Sam Waterston), cree que el cambio de 180 grados debe personificarse con el arribo de la productora Mackenzie McHale (Emily Mortimer), destacada en su labor pero también formando parte del pasado personal del periodista. Desde dicho embrollo parte la creación de Aaron Sorkin, que contó con tres temporadas y con algunas características a las lógicas retorcidas de la familia Roy, siendo el mejor antídoto ante la espera del estreno de la temporada final de Succession (2018).

La primera similitud se basa en la trama: un conglomerado de medios que debe codearse con el poder político y navegar entre las reglas del capitalismo más rancio. Sin embargo, los periodistas a cargo del programa no gozan de la misma situación que la neurótica familia encomendada por Logan (Brian Cox) y se enfocan más en el terreno del oficio más allá de que no están exentos a los procedimientos empresariales; por lo que nos permite pensar que ambos grupos protagonistas se presentan en veredas apuestas y disputan sus provechos.

Esto se suma a guiones ácidos y repletos de sátira, con diálogos dinámicos e inteligentes por parte de sus personajes –aún más entre los pasillos de la cadena de noticias, donde todos parecen manejar un nivel de inventiva envidiable-. Las situaciones se enriquecen a partir de una narrativa enérgica y una discursiva apetecible, sumado al humor sin tapujos que no parece tener límite.


Tomando en cuenta la trama, la coyuntura es inevitable si pensamos en negocios o redacciones. Lo creado por Sorkin es más amplio, y abarca hechos no ficticios como elecciones o conflictos bélicos con una fuerte impronta sin levantar las banderas imperialistas orgullosamente, mientras que lo hecho por Jesse Armstrong se mueve en un círculo –literalmente- familiar, sin evitar temáticas de género o discriminación con sus marcas tan elogiadas.

Con 25 capítulos distribuidos en tres temporadas, las aventuras de McAvoy y resto de equipo supieron retirarse a tiempo más allá de algunos rasgos telenovelescos que no respondían a la identidad de la misma, pero que a la vez favorecían al carisma y cariño de sus personajes. A fin de cuentas, su identidad satírica e ingenioso supieron posicionarse entre los proyectos más interesante de la cadena y un alivia ventisca a lo que esperamos el domingo.


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