5 de febrero de 2025
háblame

Sobredosis de posesiones marcan el terreno del nuevo terror

Mia piensa cada día en la muerte de su madre, fallecida en circunstancias poco claras. Un día, ella y su grupo de amigos encuentran una mano embalsamada que permite invocar a los espíritus, pero hay puertas que, una vez abiertas, no se pueden cerrar.


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Por Lucas Soto

En el medio de una fiesta repleta de adolescentes ruidosos, un joven busca desesperado a su hermano. Al encontrarlo, el mismo cuenta con marcas en su cuerpo. Totalmente ido, agarra un cuchillo – en piloto automático – acuchilla a su hermano y se suicida frente a los flashes de los celulares que filman la situación.

La inmediatez de las redes sociales se encarga de cancelar la posterioridad del suceso. Dos años después, en otro rincón del país, Mia (Sophie Wilde), recuerda en silencio a su madre fallecida, producto de un suicidio dudoso hasta la fecha. De fondo, su padre intenta, sin efecto, acercarse a ella con la palabra, pero el desenfoque lo borra del centro de atención de la joven.

Sin ningún otro contacto que su amiga Jade (Alexandra Jensen), su pre adolescente hermano Riley (Joe Bird) y Sue (Miranda Otto), madre de los dos anteriores, Mia se cobija en una familia externa, en donde los ruidos de aquel hogar son la compañía que necesita. Pero la necesidad de reconectar con la sociedad, de sucumbir al ruido de las fiestas juveniles para apagar el cerebro y despertar las hormonas hacen que la protagonista aterrice en una reunión que les espera algo más que una bebida casual.

En medio de un círculo de púberes extasiados, una mano de cerámica descansa junto a una vela, esperando a ser tocada para comenzar un juego tan perverso como irreal. Aquel que agarre la mano y pronuncie las palabras “háblame”, podrá visualizar un espíritu que ronda en nuestro mundo, y si el valiente sujeto se atreve a decir “te dejo entrar”, el alma en pena poseerá al jugador, dejando que el espectro cruce el umbral.

Claro que hay un límite de tiempo en el que el participante puede experimentar este suceso: 90 segundos. Pero la experiencia de Mia al probar esta nueva droga espiritual es tan gratificante que el cruce de vereda hacia lo prohibido es solo el primer paso para intentar comprender cómo superar su dolor interno, ya que su duelo inconcluso es el móvil principal del film.

Si hay algo en lo que aciertan los mellizos Philippou es indagar en la vida de los adolescentes promedio de la época actual, logrando así una empatía tanto con el espectador – y seguidor – que lo aúpa desde sus inicios en YouTube con su canal RackaRacka como con el que lo descubre hoy en la sala de cine.

Llenos de inseguridades que deciden ocultar detrás de una pantalla táctil, responden a los mayores sin miedo a que estos los castiguen y logran una comunión con ellos para poder “escaparse” de casa para ir de juerga; los adolescentes de Háblame promulgan una inocencia característica de estos tiempos, en donde los tabúes clásicos quedan atrás.

Tomando estos matices, los guionistas empujan a sus personajes a lo prohibido, haciendo que una posesión se transforme en un divertimento de viernes en la noche. Donde El exorcista de Friedkin marcó un paradigma con el submundo de las posesiones demoniacas, Háblame toma la idea y la transforma en la moneda corriente de la trama, trayendo al frente la peligrosidad del entretenimiento, tratándolo como una droga dura.

Poniendo en foco el duelo de Mia y su necesidad de apego, tanto sentimental como física, la comunión que se da durante el juego macabro genera una sensación de éxtasis en ella, creando así un nuevo vicio que acalla las fastidiosas voces que la rodean. Ella sufre de una sobredosis de posesiones tan solo para poder experimentar el estar del otro lado, ser otra persona para ignorar el sufrimiento actual. Tal como lo hace con la incapacidad de su padre al querer entablar una conversación con ella. Es así que la protagonista sufre una transformación negativa, sucumbe a la degeneración y al dolor interno que crece más y más, afectando negativamente tanto a los otros como a su bienestar. Las heridas abiertas, lejos de cerrarse, derraman desesperanza y confusión.

En conclusión, contemplando que su producción costó una modesta suma de cuatro millones y medio de dólares, Háblame decide correrse de la simpleza de jump scares desesperados y monstruos genéricos para lograr un acercamiento mucho más insidioso con el espectador, lográndolo a través del sufrimiento de los personajes y de cómo estos se perciben ante la amenaza que los rodea. Pueden dejar entrar y salir a tantos espíritus como les plazca, hasta que uno decida quedarse.



TÍTULO: Háblame
TÍTULO ORIGINAL: Talk to me
DIRECCIÓN: Danny Philippou, Michael Philippou.
ELENCO: Miranda Otto, Sophie Wilde.
GENERO: Terror.
ORIGEN: Estados Unidos.

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