29 de marzo de 2024

Secci?n: Competencia Latinoamericana

Direcci?n:?Marcos Lloyza
Idiomas: Espa?ol
Color: Color
Minutos: 87
Director de fotograf?a: Nelson Wainstein
Guion: Marcos Loayza
A?o: 2018
Formato: DCP
Sonido: Federico Moreira
Edici?n: Fabio Pallero
Pa?s: Bolivia
Direcci?n de arte: Abel Bellido
M?sica: Federico Moreira, Gabriel Estrada
Productor: Santiago Loayza Grisi
Int?rpretes: Paolo Vargas, Alejandro Mara?on, Freddy Chipana, Luigi Antezana, Bernardo Rosado
Producci?n ejecutiva: Santiago Loayza Grisi, Alejandro Loayza Grisi, Marcos Loayza
Compa??a productora: Alma Films, Suertenpila

El joven lustrabotas Tupah se lanza a un fren?tico viaje en busca de su t?o Jacinto, perdido en el Averno. En una peligrosa traves?a por el inframundo, mito y realidad se confunden al infinito y la noche pace?a cargada de muerte devela el rostro m?s oscuro y surreal del imaginario andino.


Por Ayel?n Turzi

En medio de la competencia Latinoamericana del 20 BAFICI hay una pel?cula que resulta llamativa, alej?ndose de los postulados generales de la secci?n. Averno, de Marcos Lloyza, nos propone seguir a Tupah, un lustrabotas, quien debe iniciar un viaje para buscar a su t?o por pedido de un misterioso hombre desconocido. El resultado le dibuja al cin?filo una sonrisa enorme en la cara.

Tupah (Paolo Vargas) tiene un sue?o extra?o. Un bosque, una serpiente que se le enrosca en el cuello y su t?o Anselmo, ya fallecido. Despierta, lo conversa brevemente en familia y sale a la calle, donde se re?ne con un grupo de chicos iguales que ?l, que se desempe?an como lustrabotas vistiendo pasamonta?as. Un extra?o, vestido de traje negro, que contrasta fuertemente con el paisaje rural y casi pobre en el que se encuentran, le da dinero para que traiga a su t?o Jacinto, hermano de Anselmo. El problema es deber? buscarlo en el averno. Se inicia all? el recorrido de Tupah, camino on?rico, irreal, estilizado, lleno de extravagantes personajes que lo ayudar?n en su empresa o se opondr?n a su objetivo.

Lloyza no plantea un film de corte cl?sico, sino que podr?a definirse como una especie de road movie a pie a lo largo de una ciudad de La Paz de ensue?o. Tupah no tiene muchas ganas de buscar a su t?o, es su entorno casual lo que lo va empujando. Estas personas que se cruza s? responden a ciertos arquetipos cl?sicos o universales: la prostituta que le ayuda a escapar, un hombre p?lido que cojea y le propone enigmas cual esfinge, un personaje aparentemente invencible con quien se bate a duelo y una extra?a figura que, cual demonio, le propone firmar un contrato de dudosas condiciones. Todos ellos tienen comportamientos impredecibles, oscuros, cercanos a la locura, lo que da la sensaci?n que Tupah corre riesgo todo el tiempo. Le recomiendan no bajar al Averno esa noche, pero no son muy espec?ficos respecto a los motivos. Parecen ocultar m?s de lo que dicen, generando un halo de misterio constante. No conocemos las reglas de este mundo fant?stico, todo es duda y ambig?edad. Y el peligro al que se enfrenta, a pesar de ser nombrado de manera vol?til, poco concreta, de ser apenas sugerido, no deja de ser una amenaza.

Tupah va atravesando diferentes lugares, cada uno caracterizado por fuerte identidad est?tica distintiva. Cercanos, en habitaciones contiguas o a una escalera de distancia, pero a la vez tan dispares que en el mundo real no podr?an coexistir nunca. Uno de los primeros espacios a los que llega es ?La Oficina?: escritorios de oficina estilo a?os 50, con l?mparas verdes y m?quinas de escribir? pero en la pr?ctica es un bar. Todas las personas que ocupan sus mesas est?n bebiendo y conversando. Se subvierte la funcionalidad de los espacios trabajando en el mismo sentido de enrarecimiento on?rico general que enmarca la peripecia.

Los espacios exteriores que no se ven intervenidos por decisiones est?ticas, adquieren esa misma sensaci?n de ensue?o a trav?s de la iluminaci?n, que los pinta de colores alej?ndose de cualquier propuesta naturalista.

a c?mara, inquieta, en movimiento constante, acompa?a a nuestro amigo en todo el trayecto. Descubre los espacios, se acerca, se aleja, dota a toda la historia de un dinamismo magn?tico, que se ve reforzado por una musicalizaci?n que por momentos te pone la piel de gallina.

Una rareza tanto en la pantalla del festival como en la producci?n t?picamente boliviana, Averno se instala como una pel?cula ?nica y diferente. De corte narrativo moderno, con una c?mara curiosa que no se queda quieta, una propuesta de arte y fotograf?a que genera espacios ?nicos y una galer?a de personajes que van desde la ternura hasta la repulsi?n, Loayza logra que te sumerjas en un universo on?rico para acompa?ar a Tupah en su misi?n.

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