20 de abril de 2024

La realidad siempre supera la ficción

Eddie Redmayne interpreta para Netflix a uno de los asesinos en serie más peligrosos de EE UU.: el enfermero Charles Cullen, implicado en la muerte de más de 400 pacientes.


Por Agustín Boero

bastante cortos nos quedaríamos si tuviéramos que imaginar una historia tan cruda y desopilante como la que se nos presenta The Good Nurse. Con el simple hecho de describir los acontecimientos y luego saber que realmente sucedieron, estaríamos ante el desconcierto más real. La película sigue los hechos y además hace una fuerte crítica social al sistema de hospitales estatales de Estados Unidos los cuales se rigen por el factor económico por sobre la condición humana que dignifica a las personas.

Desde que conocemos a la enfermera Amy, protagonizada por una sobresaliente Jessica Chastain (cuyo rol es de lo mejor de la película), entendemos que su compromiso es 100% con los pacientes y su bienestar, más allá de seguir las reglas del hospital. A medida que cuida en su turno a quienes están allí, debe equilibrar su vida personal con sus hijas y un primer problema que se le presenta: tiene una insuficiencia cardíaca que podría terminar con su vida si no se cuida.

Aquí la primera crítica pues, si deja de trabajar, el seguro médico no cubre los exorbitantes gastos de su tratamiento y si continúa trabajando, podría morir en poco tiempo debido al estrés. Esta situación mejora en parte cuando un nuevo enfermero llega al hospital a dar una mano, el ‘experimentado’ Charles (Eddie Redmayne) que tiene un historial de muchos hospitales y con quien entabla una amistad muy buena y sincera con ella.

Así como el trabajo de Amy se ve más ligero, pronto todo es cuesta arriba porque las muertes inesperadas de pacientes no cesan en semanas y todo indica a un sospechoso principal, su nuevo amigo Charles.

Desde que conocemos a los personajes, sentimos un escalofrío y percibimos que anda mal, pero las dudas se confirman cuando Amy descubre que en verdad es Charles quien asesinó de manera silenciosa a los pacientes. Ahora la cuestión y el problema principal es conseguir las pruebas que los hospitales hacen oídos sordos a los reclamos policiales, o hacer que confiese lo cual es tarea difícil para la enfermera.


The Good Nurse avanza a un ritmo especial para que podamos tener parámetros sobre los sentimientos de los personajes, todos muy bien caracterizados. Además, lo que primero parece ser una película de drama hospitalario y nombres raros de medicamentos que el común de la gente no conoce, hace un vuelco a una especie de policial psicológico que deriva en un climax casi de terror. Todo de la escuela de David Fincher, para dar una noción más general. Quien produce esta gran película es Darren Aronofsky (Black Swan, Réquiem For A Dream) por lo que era de esperarse una historia oscura y retorcida que se mueve en torno a la psicosis de los personajes y culmina de manera desgarradora.

Dirige Tobias Lindholm, quien se destaca por ser guionista más que director, aunque aquí hace un buen trabajo, en lo que sin dudas es una excelente película que no desentona con el gran año que venimos teniendo para el cine y las producciones de nuevas voces.

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