3 de mayo de 2024
Advertencia. Hay un efecto muy claro en el proceso de recepci??n de las obras de Tolkien que el mismo autor percib??a. Ya desde entonces se daba una polarizaci??n extrema entre aquellos a quienes les fascinaban sus historias y otros a los que sencillamente les parec??an literatura indigerible. Su prosa caracterizada por el preciosismo en el detalle y su af??n descriptivo es deudora de las narraciones escritas durante el apogeo del Realismo, por muy contradictorio que parezca. Balzac confeccion?? un estilo en el que hasta la m??s m??nima mueca en el rostro de un personaje ameritaba ser explicada. Tolkien continu?? con este procedimiento durante el siglo XX de manera igual de rigurosa.

El autor detenta en su haber pocos aunque extensos libros escritos en la antimoda: la presentaci??n de una novela en entregas, instalada ahora en nuestra cotidianeidad, era definitivamente una mala decisi??n comercial. Pese a esto, uno de los  grandes indicadores de la obra de Tolkien resulta, en t??rminos de Ernst Bloch, el llamado ???principio de esperanza???. Esto es, la creaci??n de una literatura surgida al calor de la Gran Guerra que elige la denuncia no a partir del testimonio cruento, sino a trav??s de una reflexi??n: ??hasta qu?? punto puede prevalecer lo bueno en el ser?

Por Paola Men??ndez



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