Tomando como punto central las vivencias de Juliette, una mujer casada y con dos hijos que trabaja como ama de casa de día y prostituta por la noche, Godard realiza una especie de documental dramatizado sobre las vidas, las sensaciones, los personajes y los caracteres que pueblan el llamado nuevo París de los años 60.
Por Gastón Dufour
Nunca entendí el concepto que señala «el cine que hay que ver» como una obligación intelectual. Parece más una impostación que un verdadero interés respecto de la obra. Pero después de ver 2 o 3 cosas que yo sé de ella, debo admitir que hay ciertas películas que deben ser vistas simplemente porque son interesantes en lo conceptual, y a veces eso alcanza.
El film dirigido por Jean-Luc Godard, protagonizado por la talentosa actriz francesa Marina Vlady, fue estrenado en 1967 y es un retrato de la vida cotidiana de una mujer casada y con dos hijos que en el día trabaja como ama de casa y en la noche hace las veces de trabajadora sexual. Todo eso en el marco de la periferia de París, ideando una crítica social de la sociedad de consumo de la época.
Godard presenta un trabajo en tono similar a un documental, utilizando técnicas de montaje distintivas (y cierta poética) y acompañó el desarrollo de la historia con una banda sonora hipnótica que sumerge al espectador en la mente de la protagonista. Todo esto dirige el camino hacia una reflexión sobre la alienación y la soledad de la vida urbana.
A través de las experiencias de Juliette, el guionista y director francés logra una reflexión interesante sobre la condición humana, además de un retrato de la alienación y la deshumanización en las grandes ciudades modernas, donde los individuos son reducidos a meros objetos de consumo y producción. Con una mezcla de poesía, política y filosofía, se presenta una invitación a mirar más allá de lo superficial.
La película ha influido en numerosos cineastas posteriores. Vlady ofrece una actuación memorable, y la película es un testimonio de la habilidad del realizador para combinar la crítica social con la experimentación narrativa.
Si bien puede resultar algo tediosa para aquellos que buscan una trama más convencional, es una película fascinante para los interesados en acercarse a los límites del cine y descubrir nuevas formas de contar historias.
En conclusión, 2 o 3 cosas que yo sé de ella se trata de una creación audiovisual que sigue siendo relevante después de más de 50 años de su estreno. Es un clásico que ofrece una reflexión profunda respecto de lo que somos como sociedad, y merece ser vista.
TÍTULO: 2 o 3 cosas que yo sé de ella (1967)
TÍTULO ORIGINAL: 2 ou 3 choses que je sais d’elle
TÍTULO ALTERNATIVO: Two or three things I know about her
DIRECCIÓN: Jean Luc Godard.
GÉNERO: Comedia.
ORIGEN: Francia.
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