Metamorfosis de una comediante
A punto de concretar el sueño de contar con su propio show televisivo nocturno, Deborah Vance debe arreglar algunos asuntos pendientes con su escritora principal Ava, mientras el tiempo de estreno apremia.
Si te gusta lo que hacemos, podés colaborar con tu aporte.
Por Ignacio Pedraza
La vara estaba altísima para una de las mejores series de la actualidad: Hacks (2021), ganadora del Globo de Oro y múltiple premiada a los Emmys, arribó con su cuarta temporada de una comedia donde nunca faltó el humor inteligente y ácido en partes iguales y las críticas a la industria de manera solemne. A eso se le suma una de las duplas protagónicas con más química de los últimos tiempos como es el de Jean Smart y Hannah Einbinder, por lo que la fórmula es más que positiva.
En el reciente estreno estamos ante el sueño de la vida de Deborah (Smart) que es el de su propio late night show. Pero no todo brilla en el ensueño: aquellos que venían siguiendo la serie creada por Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky saben que no está todo bien entre esas dos mujeres, ya que la comediante quiso correr a la escritora Ava (Eibinder) como guionista principal; pero a través de la amenaza de la joven de revelar un secreto sobre ella, logró quedarse con el papel. Con la relación rota, el ambiente laboral no es el mejor, pero ellas son profesionales –intentan serlo- y deben trabajar en conjunto para lograr un gran programa en su estreno.
La cuarta temporada nos trae diez episodios que están principalmente inmersos en el desarrollo del programa nocturno que tiene a Vance como conductora pero, como es habitual en la serie de Max, el recorrido no será simple, sino que estará caracterizado por los intereses, recelos y disputadas de los diferentes involucrados en el proyecto, todos ellos encolumnados en la disputa –que ya hemos visto en otras temporadas- entre las dos protagonistas, generando las interacciones más interesantes y divertidas.
La principal riqueza de la serie se basa en esto último: en sus tres temporadas anteriores la relación es propia de un sube y baja que, si bien siempre está caracterizada por la comicidad a través del humor tóxico y que representan las dificultades de los vínculos, han sorteado diferentes etapas; siendo el reciente estreno el de más grandilocuencia –y exigente- para ellas.
Sin embargo, el trabajo de sus creadores se destaca con una narrativa intensa y una trama que nunca decae, con problemáticas que se renuevan constantemente y que presentan nuevos desafíos para sacar de la comodidad a sus personajes -y también al público-. Sobre el final de la temporada hay varios giros que representan las intenciones de la producción, con un noveno episodio que puede situarse entre lo más destacado del año, al ser un ejemplo de cómo la serie logra equilibrar entre diferentes tonos para converger en un producto muy concreto y festejado.
Como para destacar algún aspecto distintivo en esta nueva temporada, la figura de Jimmy (Paul W. Downs) parece que finalmente tiene un lugar notorio, con un metalenguaje donde sobresale su trabajo tanto en su intérprete como en su personaje, volviendo a demostrar que su arco argumental con Kayla (Megan Stalter) cuenta con sus propios atributos –y sin la necesidad de recurrir a un spin off-. Otro punto a destacar es que este año parece haber llegado una instancia clave en el personaje de Smart: lo que veíamos anteriormente en insinuaciones en cambios de su personalidad a través de la irrupción en Ava, para esta ocasión se logra florecer de manera clara con momentos realmente intimistas y de real exploración a su psiquis.
La quinta temporada está confirmada, lo que implica que el grupo de creadores aún debe desafiarse con una historia que ya ha contado mucho y que se fortalece con sus protagonistas pero a la vez construyó un universo sólido e interesante. Si encima a todo esto nos deja un cierre que promete, el reto a lo que vendrá es más que provocador.
Si te gusta lo que hacemos, podés colaborar con tu aporte.
About Author
