
Encerar y pulir
Reboot y continuación a la conocida saga creada en los años 80 y que sigue la historia de Li, un joven chino de 17 años, especialista en el Kung Fu, que se muda a Brooklyn, Nueva York con su madre.

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Por Yamil Jara
Karate Kid: Leyendas revitaliza la franquicia al explorar los orígenes del estilo Miyagi-Do y su conexión con Cobra Kai. La película combina elementos del karate tradicional y el kung fu, presentando secuencias de combate emocionantes y coreografiadas con precisión.
La historia sigue a Li Fiong, un joven experto en kung fu que se muda a Nueva York y se ve involucrado en la defensa de una pizzería amenazada por mafiosos. Tras enfrentar un trauma paralizante, Li encuentra apoyo en el Sr. Han y Daniel LaRusso, lo que da lugar a un entrenamiento donde se combinan karate y kung fu. Li supera sus miedos y se convierte en campeón del torneo de los 5 Distritos.
El guion, aunque no es particularmente innovador, cumple su función: reintroduce con respeto a los personajes clásicos y los mezcla con una nueva generación. Tiene momentos emotivos bien logrados y un ritmo narrativo que va de menos a más, con buen manejo de la tensión dramática y el crecimiento del protagonista.
En lo técnico, se nota una producción cuidada: las coreografías de pelea son destacables, con edición dinámica pero clara, sin caer en el exceso de cortes. La fotografía resalta los espacios urbanos y las escenas de entrenamiento con una estética limpia, y la música logra acompañar tanto la acción como los momentos más sensibles del film.

Esta película no solo busca continuar la saga, sino que funciona como un puente emocional hacia la película original de 1984. Hay múltiples guiños que homenajean el legado del Sr. Miyagi: desde frases icónicas como “encerar y pulir”, hasta momentos de enseñanza que evocan la filosofía del equilibrio entre cuerpo y mente. La relación maestro-alumno entre el nuevo protagonista, Li Fiong, y sus mentores (el Sr. Han y Daniel LaRusso) replica el vínculo formativo que Daniel tuvo con Miyagi, pero lo resignifica en un contexto moderno y multicultural. Incluso el torneo final, con su carga simbólica y emocional, remite al clímax del clásico ochentoso, apelando a la nostalgia sin dejar de proponer algo nuevo.
La película ya está en cines y destaca por sus secuencias de combate, su homenaje a la saga original y su mensaje sobre segundas oportunidades, convirtiéndose en una propuesta indispensable para los fanáticos de las artes marciales y la franquicia Karate Kid. Los fanáticos de la saga salieron fascinados de la sala y no es para menos.
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