
Arquitectura del caos
La ciudad de Nueva Roma enfrenta el duelo entre César, un artista brillante en favor de un futuro utópico, y su opositor el alcalde Cicero, quien sigue perpetuando codiciosamente la guerra partidaria.

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Por Gastón Dufour
El legendario Francis Ford Coppola regresa con Megalópolis, una epopeya que combina ambición desmedida y una sensibilidad profundamente personal. Ambientada en una América moderna que reimagina los cimientos de Roma, la película es tanto una fábula sobre la caída de los imperios como un reflejo de las tensiones perpetuas entre utopía e institucionalidad. Con una estética que roza lo alucinante, el realizador entrega un proyecto que, lejos de buscar consenso, parece existir como un manifiesto artístico definitivo, una declaración de principios de alguien que ya no tiene nada que demostrar.
El núcleo narrativo se sitúa en el enfrentamiento entre César (Adam Driver), un visionario que sueña con transformar Nueva Roma en un paraíso futurista, y el alcalde Cicero, encarnación del statu quo y las luchas de poder. Julia (Nathalie Emmanuel), hija de Cicero y amante de César, encarna la grieta emocional entre ambas visiones, mientras su dilema resuena como un eco de los conflictos humanos más primordiales. Si bien la trama puede parecer sencilla, Coppola no busca simplicidad. La narrativa serpentea entre diálogos grandilocuentes y una puesta en escena que bordea lo operático, construyendo un universo visual y emocional que desafía al espectador.
La verdadera fuerza de la película radica en su reparto coral. Adam Driver entrega una interpretación magnética, sosteniendo con intensidad el idealismo de César, mientras Giancarlo Esposito y Laurence Fishburne se destacan en la interpretación de papeles secundarios que enriquecen este tejido épico. Coppola, sin embargo, utiliza a sus actores no como simples personajes, sino como piezas de una sinfonía, donde cada voz, desde la experimentada Talia Shire hasta la joven Grace VanderWaal, aportan textura y profundidad.
Visualmente, la película es un estallido de creatividad. La fotografía y el diseño de producción abrazan un estilo casi delirante, un mosaico donde la modernidad y lo clásico conviven en tensión constante. El director no teme saturar la pantalla, apostando por una estética que desafía las convenciones del cine contemporáneo.
Megalópolis no será para todos, y quizás ahí radique su grandeza. Es una obra que se siente libre, consciente de su lugar en la filmografía de Coppola: un acto final que, como un imperio en decadencia, abraza la majestuosidad de su propia imperfección.
TÍTULO ORIGINAL: Megalopolis
DIRECCIÓN: Francis Ford Coppola.
ELENCO: Adam Driver, Giancarlo Esposito, Nathalie Emmanuel, Aubrey Plaza, Shia LaBeouf, Jon Voight, Laurence Fishburne, Dustin Hoffman.
GÉNERO: Drama. Ciencia Ficción.
ORIGEN: Estados Unidos.
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