Jim Caviezel protagoniza la película alabada por Mel Gibson
La historia de Tim Ballard, un exagente del gobierno de Estados Unidos, que renuncia a su trabajo para dedicar su vida a salvar a los niños de los traficantes sexuales mundiales.
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Por Ignacio Rapari
Sonido de libertad resultó en un uno de los fenómenos cinematográficos más extraños del último tiempo. Una producción filmada hace cinco años que terminó enterrada en los confines de Hollywood luego de que Disney comprara 20th Century Fox. Algunos dirán que fue por motivos exclusivamente convenientes por los temas que trata la película mientras que otros estarán convencidos de que simplemente fue porque no se trataba de un producto rentable o que mereciera la pena ver la luz. El resto -y esto también- es historia conocida: Angel Studios acepta la distribución de la película, realiza un crowdfunding y la película basada en los casos del agente especial Tim Ballard (un exagente de Seguridad Nacional y activista que lucha contra el tráfico de niños) se termina convirtiendo en un polémico éxito independiente defendido por los sectores más conservadores y denostado por los más progresistas, que tildaron a la película de conspiranoica por una presunta vinculación con QAnon, la teoría pro-Trump que afirma -básicamente- que el mundo está repleto de “monstruos” y que el ex presidente de Estados Unidos era el responsable de salvar al país de un culto satánico de traficantes sexuales de niños. Sí, hasta acá todo muy normal.
Luego de que la película viera la luz con este tipo de distribución y se convirtiera en objeto de diversas polémicas en redes sociales -a punto tal de obtener la fama de “película prohibida”-, la producción de Eduardo Verástegui dirigida por Alejandro Monteverde y protagonizada por un sólido Jim Caviezel (destierros injustos de la industria si los hay) llegó a los cines y al menos así logró que queden al menos un poco olvidados el sinfín de rumores que antecedieron a su estreno. Es que, en definitiva, no se trata ni de una producción reveladora ni mucho menos de un panfleto ultra católico, a pesar de algunos momentos demasiado melodramáticos que traen la figura de Dios a colación.
Sonido de libertad simplemente se trata de un correcto drama con tintes policiales que funciona mejor cuando intenta profundizar esta última faceta, amén de que lo haga con bastantes libertades creativas y situaciones un tanto increíbles que sirven para que se agrande todavía más la figura del verdadero Tim Ballard. Los momentos dramáticos, amén de que manejan un alto nivel de impacto en varios pasajes de la película, en muchas oportunidades se ven algo opacados por el abusivo uso de la música, el golpe de efecto y ejecuciones que evidencian que no estamos ante una película realizada bajo cierto clasicismo hollywoodense (aunque de cierta manera sea eso lo que busca).
Hay una utilización de locaciones bastante ambiciosa, algunos momentos de suspenso (uno en una isla, especialmente) ejecutados con mayor oficio del esperado y sobre todas las cosas, un protagonista que se nota absolutamente comprometido con su papel. Porque en términos estrictamente cinematográficos, una de las cosas que más se valoran de Sonido de libertad es el regreso de ese gran actor que es Jim Caviezel, que tras casi 20 años de su exigida interpretación en La pasión de Cristo tuvo la oportunidad de regresar con un protagónico que termina por ser uno de los puntos más altos de una producción que más allá del tema sensible que trata, no ofrece grandes virtudes artísticas.
TITULO: Sonido de libertad
TÍTULO ORIGINAL: Sound of freedom
DIRECCIÓN: Alejandro Monteverde.
ELENCO: Jim Caviezel.
GÉNERO: Drama.
ORIGEN: Estados Unidos.
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