Catorce cosas que yo sé sobre ella
En vísperas a los treinta años, Julie se replantea su vida entre sueños frustrados y proyectos abandonados, mientras reflexiona sobre la maternidad, las responsabilidades y la juventud entre gente que entra y sale en su día a día.
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Por Ignacio Pedraza
El principio de incertidumbre de Werner Heisenberg afirmaba sobre la imposibilidad de captar simultáneamente la posición de la partícula, objetivamente hablando. Sin embargo, la teoría podemos llevarla de la mecánica cuántica –especialidad del físico alemán- a estudios sociales, tanto académicos como artísticos.
Desde este segundo grupo parece haber querido abordar la cuestión Joachim Trier, quien tras plantear dichas situaciones y retratar dudas humanas en Reprise (2006) y Oslo, 31 de agosto (Oslo, 31. August; 2011) llega a la conclusión de la denominada por los especialistas como “la trilogía Oslo” con La peor persona del mundo (Verdens verste menneske, 2021), que estuvo en el boca a boca por su nominación a los Oscar de aquel año, recientemente estrenada en Amazon Prime.
A través de una voz en off que nos arroja a las lógicas de la protagonista y nos asienta en su actualidad, el relato de Trier –quien escribió el guion junto a Eskil Vogt– se divide en un prólogo, doce capítulos y un epílogo, fraccionando de manera meticulosa etapas en la vida de Julie (Renate Reinsve), que si bien cuentan con una secuenciación lógica cada segmento, tiene sus autóctonas características. De ello también se aprovechan las formas narrativas, que ahonda en aspectos dramáticos pero a través de la perspectiva de la joven, donde nos sumergimos en sus pensamientos y acciones de forma creativa.
La trama se sitúa durante cuatro años en la vida de la protagonista, y conocemos el círculo en el que se mueve a través de un reparto que cumple a la perfección y que se mueven de diferentes maneras en la órbita del personaje de Reinsve. Algunos están en contraposición, otros aliados y un tercer grupo como vidriera a lo que anhela o aleja, dependiendo del tipo, que observamos junto a ella.
Si bien la historia intimista irradia toda la trama, son interesantes diversas cuestiones sociales que también rodean el largometraje, porque nadie se encuentra totalmente solo y se ve inmersa sus círculos. Por ejemplo, el contexto por el que se mueve la protagonista tiene adentrada la cultura de la cancelación y la dualidad entre artista y obra que enmarca Aksel (Anders Danielsen Lie); todo tomándolo en cuenta desde su criterio y que inevitablemente afecta las percepciones de ella.
Con una fotografía a cargo de Kasper Tuxen que resalta los paisajes de la capital noruega, pero de un modo intimista que va la mano con el personaje principal, junto a una musicalización de Ola FlØttum, que complementa en los aspectos técnicos el tono que ideó el realizador danés, responde a las sobrias producciones europeas destacadas en el último tiempo y que a la vez logra referenciar composiciones de diferentes comedias dramáticas que la vuelve singular.
Las andanzas de Julie –con un magnético carisma de Reinsve– no necesariamente cuentan con un principio y un fin, sino que la incertidumbre propia del ser humano –y de la juventud en este caos mundial- permite adentrarnos en un gran proyecto elogiado desde las dos costas del océano, y que ahora se puede disfrutar en el streaming.
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