Nada más aterrador para un niño que dejar de confiar en su familia
Inspirada en una historia de Edgar Allan Poe. Peter, de ocho años, vive atormentado por culpa de los misteriosos golpes provenientes del interior de la pared de su dormitorio. Sus padres, insisten en que sólo están en su imaginación. A medida que el miedo de Peter se intensifica, empieza a creer que sus padres podrían estar escondiendo un terrible y peligroso secreto…
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Por Ignacio Rapari
Hubo algún que otro “jugado” que, con más pasión que convicción, afirmaba que lo nuevo de Samuel Bodin (director francés responsable de esa gran serie de terror de Netflix que es Marianne) podría conformar una especie de triple programa con dos propuestas de género recientes que dieron bastante que hablar: Maligno, de James Wan y Bárbaro, de Zach Cregger. Es entendible que haya cierta timidez a la hora de hacer esa comparación, aunque no sea del todo descabellada, especialmente si se tiene en cuenta cierto rumbo adoptado por Bodin en su nueva producción. Pero vayamos por partes.
Toc Toc Toc (aunque la traducción no tenga nada que ver con su título original vale la pena utilizarlo para evitar cualquier tipo de spoiler) transcurre alrededor de varios elementos conocidos: un niño de ocho años atormentado (el brillante Woody Norman, de C’mon C’mon) por los ruidos que escucha detrás de las paredes todas las noches y que, como si fuera poco, no solo sufre acoso en su escuela sino también en su casa. Es que los padres del niño (Lizzy Caplan y Antony Starr) parecen atentos, sobreprotectores y hasta cariñosos. Sin embargo, si hay algo que sobra en el tétrico hogar que habita Peter son secretos familiares que nada tienen que ver con esa imagen idílica que muestra la familia. Y claramente, los golpes en la pared que Peter escucha noche tras noche harán que esos secretos comiencen a salir a la luz.
Gran parte del relato dirigido por Bodin y escrito por Chris Tomas Devlin (inspirado libremente en el mítico cuento de Edgar Allan Poe, El corazón delator) busca ser un cuento de hadas oscuro y retorcido, aunque nunca abandona cierta cuota de inocencia, que más que en la perspectiva del protagonista -justamente un niño de ocho años que transita la pérdida de la misma frente a las atrocidades que transcurren en su hogar- se da en ciertas formas de construir el relato, con diálogos un tanto melodramáticos y alguna que otra torpeza a la hora de resolver interrogantes o determinadas situaciones.
De todas maneras, Bodin sí logra que la construcción de la puesta en escena sea un maravilloso reflejo de la perspectiva de Peter, y es allí donde la película encuentra una de sus mayores virtudes (adviértase, por ejemplo, el uso de sombras en algunos planos).
A diferencia de Espíritus oscuros, de Scott Copper (por citar una película de género reciente con el abuso infantil como tema principal) Toc Toc Toc no necesita de tanta explicitud y hasta morbo para que quede claro el problema: Bodin solo necesita de unas escaleras y un juego de sombras para dejarlo en claro. Aquí, lo más explícito queda a imaginación del espectador. El resto, transcurre casi de manera lúdica, a punto tal de que debe ser una de las últimas películas que utilice tantas calabazas en pantalla para celebrar Halloween (¡y de qué manera lo hace en una escena sobre el final!). Habrá quienes rechacen o celebren más el último tramo de la película, ya que es el que se asemeja a las dos propuestas que mencionamos al principio de este texto, pero más allá de eso, Toc Toc Toc: El sonido del mal tiene todo para ser un recomendable “cuento” de terror. Y no es poco en estos tiempos.
TÍTULO ORIGINAL: Cobweb
DIRECCIÓN: Samuel Bodin.
ELENCO: Lizzy Caplan, Woody Norman, Antony Starr.
GÉNERO: Terror. Suspenso.
ORIGEN: Estados Unidos.
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