La primera película argentina de Paramount+
Álvaro se encuentra en jaque en su rol como gerente de marketing en Noblex y, con la Selección Nacional en una situación similar, tiene una idea tan novedosa como arriesgada: devolver el dinero a quienes compraban los televisores de la empresa en caso de que nuestro país no clasifique al Mundial de Rusia.
Por Ignacio Pedraza
Una premisa llamativa que muchos pueden recordar por su cercanía temporal y otros se sorprenderán por la movida inaudita relacionada a una de las mayores pasiones argentinas como es el fútbol y, más precisamente, a nuestra Selección. Basada en el libro «El gerente de Noblex» de Romina Zollo y María José Acosta, El gerente es la primera película nacional original de Paramount+ y dirigida por Ariel Winograd, llegando tanto a las plataformas como a las salas de Atlas Cines.
La empresa tecnológica buscaba una buena movida de marketing relacionada al mundial de fútbol que se avecinaba, y su gerente Álvaro Torres (Leonardo Sbaraglia) ante la tajante situación de la Selección –con grandes posibilidades de quedarse sin cupo para la máxima cita del deporte- y buscando un mayor posicionamiento de la marca toma una arriesgada decisión: devolverle el dinero a cada cliente que haya comprado televisores de la empresa si Argentina no clasificara.
La trama se centra particularmente en el gerente que presentó la idea, encarnado por un Sbaraglia siempre correcto aunque en esta ocasión sin mucho para destacar. En este sentido, la comedia abarca tanto la movida en sí como los aspectos personales del mismo que refiere particularmente a su relación familiar con su exesposa Florencia (Cecilia Dopazo) y su hijo Gonzalo (Valentín Wein); y en estos dos carriles encontramos distintas fuerzas a la hora de pensar en el interés generado.
La apuesta de la empresa fue realmente jugada ya que podría haber tenido consecuencias fatales, y si bien un gran porcentaje conoce –o hasta podría intuir- sobre el porvenir positivo que tuvo –con reconocimientos y premiaciones por dicha política-, el cómo se dio es llamativo y justifica una adaptación de la misma, a pesar de que en el tono grotesco nunca termina de experimentar el verdadero riesgo. Sin embargo, las cuestiones del propio protagonista no resaltan e invaden la trama, que podrían servir como contextualización del mismo pero que al posicionarse con la misma fuerza a la cuestión marketinera embrolla el largometraje.
La película aborda –tímidamente- los debates y recelos dentro de la empresa sobre los potenciales efectos, encarnados por Omar (un desaprovechado Luis Luque) y una verdaderamente maléfica Federica (Carla Peterson); mientras que Álvaro está acompañado en un simpático equipo de trabajo compuesto por Agustina Suásquita, Ignacio Saralegui, Marina Bellati y Mónica Raiola -de las más destacada del reparto-, pero que todos los personajes se ven acartonados y con poco espacio para fluir.
Con varias características que marcan el sello de Ariel Winograd –quien ya trabajó este año con el protagonista en Hoy se arregla el mundo-, que responden a apostillas típicas de sus últimos trabajos en el humor y lo referido a las apariciones especiales –algunos más fetiches del director y otros que se repiten hasta el cansancio-, el realizador se mantiene en ese tono caricaturesco de los personajes y situaciones edulcoradas que respetan su fórmula para los cierres decoroso, bajo el guion de Patricio Vega –quienes trabajaron juntos en Mi primera boda (2011)- y la musicalización de Lucio Godoy –también colaborador en la película de hace once años- que intenta enmarcar las situaciones a través de disparatados temas donde se destaca una secuencia bajo los tonos de Soda Stereo.
Como propuesta familiar no falla, El gerente se perdió la oportunidad de ofrecer una trama aún más interesante basada en una sugestiva historia basada en hechos reales y que replica a las últimas comedias de su director.
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