La película llega a Amazon Prime Video
Danny Rourke lleva adelante una investigación policial que, de manera fortuita, parece estar atado a la desaparición de sus hijas años anteriores. Cuando el caso se vuelve más allá de lo real, el detective se encontrará inmerso en una conspiración que resulta difícil de controlar.
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Por Ignacio Pedraza
Un simple desconcierto de Danny (Ben Affleck) en el parque lo hace perder del paradero de su hija, y años después sigue sin poder encontrarla. En el mientras tanto, investigando un potencial ataque a un banco, el caso tiene una probable relación con la ubicación de Minnie y el asunto se vuelve personal. Además, todo se torna ilusorio cuando Dellrayne (William Fichtner), el críptico responsable del atraco, logra controlar a transeúntes y oficiales de policía. ¿Cómo? A través de la hipnosis.
El último trabajo de Robert Rodríguez, Hipnosis: arma invisible (Hypnotic, 2023) llegó a Amazon Prime tras su paso por las salas, en lo que representa uno de los proyectos donde menos se siente la marca del director. La trama inevitablemente se asocia con producciones como El origen (Inception, 2010), y buscando giros para sorprender al espectador.
El potencial de la historia nos podía situar en una especie de festival con todas las muletillas del realizador –incluido hasta en sus producciones más infantiles-, donde no faltaría el histrionismo de sus personajes, los efectos especiales desmesurados y violencia gráfica. Sin embargo, en esta ocasión Rodríguez decidió no abusar de sus características –a tono con fotografía apagada del propio director y Pablo Berron– y situarse en un terreno un tanto más neutro, algo similar a lo que vimos el año pasado con El pacto (The Covenant, 2023) de Guy Ritchie.
Esto no significa necesariamente que el largometraje sea malo, nada más alejado de ello. Cumple con su entretenimiento y en la hora y media de duración hasta logra adentrarte en la historia –donde el director escribió junto al reconocido Max Borenstein– pero la falta de epicidad pesa, ya que dio la sensación de un automatismo en su creación.
Si bien cuenta con quiebres para que la trama no se decante sola, donde logra simetría entre el policial, la ciencia ficción y el misterio sin que quede desordenado, la problemática nunca llega a desarrollarse en su esplendor y la resolución se determina de manera sencilla y sin conflictos realmente pesados, cuando –principalmente en su clímax- podíamos esperar de su creador la acción más desmedida.
Affleck como héroe de acción ya tiene sus credenciales, por lo que su protagonismo lo hace correctamente sin ser un papel inolvidable en su filmografía. Y si bien podría aguantarse el film de manera solitaria, su interacción con Alice Braga es destacable y presentan una dupla propia rememorando producciones del género de otras épocas. Otro camino es el de Fichtner, quien también es garantía en el papel de villano, pero acá resulta desaprovechado más allá de un buen primer acercamiento.
No será lo más recordado de su director, ni de su protagonista. Y la instantánea evocación a producciones similares puede jugarle en contra en la comparación, pero a la vez Rodríguez nos propone algo distinto en su carrera que, si bien sus fanáticos pueden sorprenderse, no deja de ser una correcta producción.
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