18 de abril de 2024

El aniversario de un fenómeno

El 22 de junio de 1984 estrenaba en cines estadounidenses una película de artes marciales que poco tenia que ver con peleas y mucho con amistades: Karate Kid.


Por Matías Linares

Karate Kid es un clásico que trascendió en el tiempo, que consiguió en 2018 una secuela a modo serie web que llegó a la plataforma más masiva de streaming del mundo, y que se metió para siempre en el corazón de aquellos jóvenes que crecieron viendo la aventura de Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y el señor Miyagi (Pat Morita).

– Oiga ¿le ha enseñado Karate a alguien?
– No
– ¿Lo haría?
– Depende
– ¿De qué?
– De la razón
– Venganza
– Danielsan, si buscas venganza así, vas a cavar dos tumbas. Pelear siempre es la ultima solución a un problema.

En esta conversación que mantienen LaRusso y Miyagi, Karate Kid nos enseña la premisa en la que esta historia estaría basada: Daniel deseabas un maestro de karate, sin embargo consiguió un mentor y un amigo.

Daniel Larusso se muda junto a su madre desde Nueva Jersey hacia los suburbios de Los Ángeles. En una de las primeras salidas con sus nuevos amigos, van a la playa y allí conoce a Alli Mils (Elizabeth Shue), una chica con la que entabla una conversación y con quien parece tener una conexión. Mientras tanto aparece su ex novio, un agresivo Jonnhy Lawrence (William Zabka). Alli lo ignora, no quiere hablar con él; Jonnhy rompe la radio de Alli y Daniel intenta defenderla. Producto de esto recibe su primera golpiza de parte de Jonnhy y su grupo de amigos. Durante la primera media hora de película, Daniel es golpeado en tres diferentes ocasiones hasta que en la última de ellas, lo encuentra el viejo Señor Miyagi y él solo gana fácilmente la pelea contra los cinco adolescentes. Daniel descubre que el encargado de su edificio, Miyagi, es un enorme luchador y le pide que le enseñe karate para poder enfrentar a sus enemigos que formaban parte de Kobra Kai (una academia de artes marciales liderada por el inescrupuloso John Kreese).

El Señor Miyagi le enseña a Daniel que el karate es solo para defenderse. Por su parte, John Kreese se encuentra en las antípodas de ese pensamiento. Son los Bilardo y Menotti de las artes marciales.

En un intento de ponerle paz a la situación, Miyagi va a hablar con Kreese para pedirle que dejen en paz a Daniel. Lo consigue, pero a cambio el joven debe inscribirse en la competencia de karate de la ciudad para luchar oficialmente contra los integrantes de Kobra Kai. Esa era la cláusula del contrato verbal que ambos senseis acordaron

Para Daniel, Miyagi se convierte no solo en un maestro de karate, sino que cambia su forma de afrontar las diicultades. Le enseña a transitar el arte marcial como una filosofía de vida. Las enseñanzas de Miyagi son los momentos más enriquecedores de la película, donde además tenemos, por ejemplo, las inolvidables secuencias de «limpiar y pulir».

Es interesante la polaridad que presenta la historia de Karate Kid entre sus dos bandos, que practicando una misma actividad la encaran desde lugares totalmente opuestos. Es una lucha entre el bien y el mal, entre la paz y la guerra. Característica que se aprecia de la misma manera en su secuela, o spin-off, de 2018 llamada Kobra Kai.

Kobra Kai pone el punto de vista en cómo fue la vida de Jonnhy Lawrence y cómo las enseñanzas de su sensei tuvieron muchísima influencia en lo que él se convirtió: un alcohólico, desempleado y mal padre; frente a la vida de Daniel Larusso: exitoso empresario, esposo y padre de familia.

Personalmente comencé a mirar Kobra Kai cuando ya estaba en Netflix y confieso que tenía miedo de que quieran lucrar con una historia tan linda como la de Karate Kid y hacer la secuela solo por ese motivo. Sin embargo, en el marco del análisis de Karate Kid, la serie es un complemento muy importante para entender cada ideología que propone la película que hoy está cumpliendo 38 años. Si llegaste hasta acá es porque seguramente te guste el universo Karate Kid y, si no viste Kobra Kai, te recomiendo que lo hagas para seguir sumando conceptos a la historia original.

En 1984, año del estreno de Karate Kid, Roger Ebert escribe en su crítica: The Karate Kid fue una de las agradables sorpresas de 1984: una historia emocionante, dulce y conmovedora con una de las amistades más interesantes en mucho tiempo. Los amigos vienen de mundos diferentes”. Y, sin dudas, esta característica es la que vuelve esta película dirigida por John Avildesen, una cinta con semejante reconocimiento. Fue muy particular observar cómo se construye una amistad tan genuina entre dos personas tan diferentes, ya de por sí desde lo etario y también desde lo cultural, porque el Señor Miyagi es oriundo de la isla de Okinawa, Japón, y Daniel Larusso de Nueva Jersey. Es decir, toda la cultura oriental frente a toda la cultura occidental.

En 2010, tuvimos un remake, al que por suerte nadie tomó como el oficial, ni le dio más entidad de la que merecía, llamado Karate Kid. En realidad, se trata de una película basada en la historia original pero que ni siquiera respeta los personajes propios de la película de 1984. Harald Zwart fue el director y sus protagonistas fueron Jackie Chan y Jaden Smith. Es imposible borrar de la memoria toda la historia y la importancia de Karate Kid en la cultura popular, por lo menos en el marco del cine, es por eso que tengo opiniones muy negativas para esta adaptación. No obstante, no está demás mencionarla porque pertenece al universo del film; y, si se toma como película independiente del resto, puede llegar a ser disfrutable. Aunque esa no fue mi experiencia

Karate Kid ya puede empezar a ser reconocida como un clásico, por ser parte de la memoria cultural de los amantes del cine y de la infancia de muchas personas. Gracias a su remake, a su secuela y a que nunca dejó de transmitirse en los canales de películas de la televisión por cable, logró meterse, también, en la vida de las nuevas generaciones. Hoy esta obra de John Avilsen, protagonizada por Ralph Macchio, William Zabka, Elizabeth Shue, Pat Morita y Martin Kove cumple 38 años desde su estreno el 22 de junio de 1984. Por eso, hoy elegimos recordarla de esta manera.

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