La directora que tiene al mundo entero hablando de Barbie
Lady Bird y Mujercitas son las películas que llevan su firma como directora. Greta Gerwig ya es una de las realizadoras de cine más respetadas y halagadas por el público, pero la crítica todavía la sigue cuestionando por los proyectos que elige.
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Por Walter Pulero
Greta Gerwig, luego de coescribir y codirigir junto a Joe Swanberg (una de las figuras más destacadas del movimiento ‘mumblecore’ dentro del cine independiente estadounidense) Noches y fines de semana (Nights and Weekends) en 2008, se alejó de la silla de directora para ubicarse delante de cámaras como actriz y haciendo a veces de guionista (como en Frances Ha de Noah Baumbach en 2012).
Pero en 2017 pegó el salto con las buenas críticas que cosechó gracias a Lady Bird (auténtica y brillante en términos cinematográficos), donde Saoirse Ronan protagonizaba a esa adolescente que se encontraba en la etapa final de ese período de su vida e irremediablemente debía aceptarse tal como es.
Y cuando se anunció que el próximo paso en su carrera sería adaptar Mujercitas (Little Women), además de generar sorpresa por su radical cambio estilístico, muchos vieron prácticamente imposible que superara el delicado retrato adolescente que supo pintar en su anterior película. Y no se trataron más que de conclusiones apresuradas, porque Greta Gerwig supo hacer una prodigiosa versión del clásico literario de Louisa May Alcott, transformándola en una de las grandes películas del 2019. Al prejuicio le ganó la esencia intacta de Lady Bird que mantuvo la directora en la adaptación de la novela de 1868, donde no se vieron traicionadas las bases que la convirtió en el fenómeno que se trasladó al teatro, a la tv, la radio y múltiples ediciones literarias.
No crean que la crítica hacia los proyectos que elige Gerwig para dirigir quedó enterrada seis pies bajo tierra: el 20 de julio estrena en Argentina su próxima película, uno de los lanzamientos que más expectativas está generando en mucho tiempo: Barbie. ¿Por qué la directora de moda, conocida por actualizar un clásico de la literatura femenina, ahora aceptaba escribir la historia de una muñeca acusada de obsoleta y sexualizada?
Greta Gerwig confesó que al comenzar a escribir el guion (junto a su pareja y colaborador habitual) tuvo miedo del impacto que Barbie podría tener en su carrera. Y fue precisamente eso lo que se convirtió en una razón más para aceptar el proyecto. «Normalmente ahí es donde está el mejor material. Cuando algo te aterroriza o hace que pienses que podría terminar con tu carrera, entonces te decís que probablemente deba hacerlo». Y es que claramente la protagonista es una muñeca Barbie, pero el dato no menor es que es expulsada de Barbieland por no ser lo suficientemente perfecta. Gerwig mantiene una visión contemporánea de las mujeres y fue consagrada como una de las cineastas más influyentes y feministas de Hollywood: no quedan dudas que nadie más que ella es la indicada para realizar una de las sátiras más esperadas de los últimos años, donde cuenta el homenaje a la marca pero también las conclusiones que se realicen acerca del patriarcado y conseguirá darle la vuelta a la reputación de la muñeca que, históricamente, se vio envuelta en la polémica por imponer roles de género y estereotipos estéticos.
Con Barbie aun sin estrenar, el ojo de los opinólogos cae nuevamente sobre la realizadora estadounidense. El rumor salió a fines de 2022 y ahora fue The New Yorker quien confirmó que Gerwig saltará de Barbieland hacia el ropero de Narnia, gracias al acuerdo que mantiene con Netflix para realizar al menos dos películas del reboot de la obra fantástica de C.S. Lewis. Según trascendió, su decisión responde a las intenciones de dar el paso hacia proyectos de mayor envergadura, alejarse de los más mainstream, ya que su ambición no es ser la directora más grande, pero sí una directora importante de grandes estudios. Y Las crónicas de Narnia encaja perfectamente en sus planes para seguir sumando planes con potencial a largo plazo, y mientras que la audiencia la respalda, no resulta imposible.
Las voces más acérrimas al cristianismo ya demandaron que no hay forma de que una película de Greta Gerwig sobre Narnia y para Netflix retenga algo de los lazos y raíces cristianas de los libros del escritor británico, y que convertirá a la historia en un producto “progre”. Pero en verdad, es físicamente imposible eliminar el cristianismo de la saga: a menos que se deshaga del león Aslan, básicamente una alegoría de esa religión al representarlo como Jesucristo.
Entonces: ¿de dónde viene esa crítica anticipada porque Gerwig estrena Barbie y luego dirigirá películas de Narnia? ¿Está mal la ambición de cineastas en querer llenar salas de cine? ¿O solo les preocupa que sea una mujer la que pretende no relegarse a un público reducido? Hagamos un acotado recuento:
En 2005, James Mangold dirigió Johnny y June: pasión y locura (Walk the Line), la película basada en la vida del cantante Johnny Cash. Y desde el 2013 con Wolverine inmortal (The Wolverine) no paró de dirigir películas para el público popular: Logan (2017), Contra lo imposible (Ford v Ferrari, 2019), y la última de Indy, Indiana Jones y el dial del destino (Indiana Jones and the Dial of Destiny), actualmente en cines.
Los Daniels iniciaron en el mundo musical con el rodaje de videoclips y luego se ganaron a la crítica especializada con Un cadáver para sobrevivir (Swiss Army Man). De la misma forma sucedió con Todo en todas partes al mismo tiempo (Everything Everywhere All At Once), con Oscars incluidos. Y si bien rechazaron dirigir la primera temporada de Loki para Disney+, el multiverso es tan grande que terminaron dirigiendo un episodio para Star Wars: específicamente participarán en Skeleton Crew, una nueva serie de la saga protagonizada por Jude Law.
El realizador sueco David F. Sandberg, conocido por sus cortometrajes de horror de bajo presupuesto, hizo su debut en la dirección con Cuando las luces se apagan (Lights Out) en 2016. El éxito de crítica y financiero, le acercó un contrato de Warner Bros. para dirigir Annabelle 2: La creación (Annabelle: Creation), la precuela de la película de terror sobrenatural Annabelle. Luego firmó como director de la película Shazam! (2019), la cual forma parte del Universo Extendido de DC, y Shazam! La furia de los dioses (Shazam! Fury of the Gods) en 2022.
Ryan Coogler pudo traducir las vivencias que tuvo cuando vivía en Oakland y Richmond en poderosas películas que fueorn elogiadas por su intimidad y complejidad. Después del éxito de Fruitvale Station, hizo el salto al escribir y dirigir en 2015 una secuela derivada de la franquicia Rocky: Creed: Corazón de Campeón (Creed). Nuevamente fue un éxito de crítica y taquilla, y lo llevó a dirigir en 2018 la película en solitario de Pantera Negra (Black Panther) y su secuela, Pantera Negra: Wakanda por siempre (Black Panther: Wakanda Forever) en 2022.
Otro caso resonante fue el de Rian Johnson, quien dirigió, entre otros, uno de los mejores episodios de Breaking Bad: “Mosca”. E inmediatamente saltó al cine popular con Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi (Star Wars: Episode VIII – The Last Jedi). Y Taika Waititi seguramente sea el realizador más inclasificable por su ductilidad: luego de dirigir Lo que hacemos en las sombras (What We Do in the Shadows), una comedia de terror mockumentary, fue tentado por Disney para Thor: Ragnarok y luego Thor: Amor y trueno (Love and Thunder).
Como si el cine no fuera un arte popular, se la critica a Greta Gerwig por no querer conformarse con los halagos de los seguidores del panorama independiente norteamericano. Por romper moldes y estereotipos y desafiar los clichés. Gerwig puede ser astronauta, veterinaria, líder política o elegir entre más de 200 profesiones. Es justamente el mismo espíritu emancipador el que defendió la creadora de Barbie a finales de los años 50. Todo tiene que ver con todo.
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