Ewan McGregor volvió a uno de sus personajes más emblemáticos
Tras los sucesos en Episodio III, uno de nuestros Jedis preferidos se encuentra en el exilio, mientras su raza se encuentra cerca de la extinción. Sin embargo, un secuestro importante lo hará volver a la acción entre las dudas y culpas.
Por Ignacio Pedraza
Uno de los proyectos más esperados del universo Star Wars ya está entre nosotros, y las aguas divididas no pueden hacerse esperar: Disney Plus estrenó todos los capítulos de Obi-Wan Kenobi (2022), serie que lleva el nombre del querido personaje de Ewan McGregor y que contó con la dirección de Deborah Chow.
Situada entre Episodio III: La venganza de los Sith (The Revenge of the Sith, 2005) y Episodio IV: Una nueva esperanza (A New Hope, 1977), la miniserie nos presenta desde un inicio el contexto en el que se encuentra la galaxia, con la persecución por parte del Imperio a los pocos Jedis sobrevivientes y las condiciones sociales sufridas en los diferentes planetas. Entre ellos se encuentra Ben (McGregor), quien dejó de lado el camino de la fuerza y se encuentra merodeando Tatooine y siguiendo a lo lejos los pasos de un jovencísimo Luke Skywalker (Grant Feely), aunque no se anima a ir por más por los sentimientos de culpa tras los sucesos con su padre.
Sin embargo, su vida rutinaria y opaca se verá interrumpida por el pedido de Bail Organa (Jimmy Smits) ante el secuestro de su hija –una tal Leia– y su necesaria liberación, siendo el eje principal de la trama una especie de aventuras entre el maestro y la princesa. Entre las idas y vueltas en el intento por volver con la niña sana y salva, los protagonistas encontrarán diversos escollos que lo harán enfrentarse ante el propio Imperio pero también ante los demonios internos.
A pesar de su espíritu aventurero, la narrativa no será apresurada sino que cuenta en su primera mitad con un relato más pausado para ambientarnos en el contexto de cada uno de los personajes, desde un Kenobi buscando reencontrarse con su poder y aún procesando lo sucedido en el film del 2005 y sus fatales consecuencias. La irrupción se da con la inevitable aparición del personaje más emblemático: nada más ni nada menos que Darth Vader, con la merecida vuelta de Hayden Christensen y la legendaria voz de James Earl Jones.
Pero Anakin no es el único némesis en la trama, sino que se enfocará en los Inquisidores, quienes tienen la precisa tarea de cazar a los héroes. Interpretados por Rupert Friend, Sung Kang y Moses Ingram, apenas ésta última cuenta con un desarrollo y motivaciones para realizar tal labor, ya que en general apenas sirven de obstáculo para no abarcar todo ese papel en el verdadero villano de la historia.
La mano de Chow se nota principalmente en la búsqueda de otra perspectiva a las anteriores series live-action de la franquicia como The Mandalorian (2019) y El libro de Boba Feet (The Book of Boba Feet, 2021) que llegaron de la mano de Jon Favreau y Dave Filoni. Sin embargo, toda la expectativa generada por la importancia de los personajes implicados deja gusto a poco.
Como puntos positivos, caben destacar las interacciones entre Christensen y McGregor, como así la secuencia final que deja una gran –y más notable- escena de acción de las que se extrañaban de la saga. La vuelta del actor inglés y su camino de recuperación progresiva también se recalca, al igual que la grata aparición de Vivien Lyra Blair como Organa, siendo la simpática cara de la serie.
En contrapartida, la participación de Kumail Nanjiani resulta olvidable y un alivio cómico que no surge efecto. Por el mismo camino circula el desarrollo de la Tercera Hermana, que si bien tiene un final más decoroso e interesante cuesta llegar a transitar por el sendero de la empatía con ella. Se entiende que el espacio temporal en la que se ubica dentro la saga y conociendo el futuro de muchos de ellos no deja mucho lugar para los cambios rutilantes, pero los personajes a disposición nos dejaban con ganas de más.
Obi-Wan Kenobi resultó una serie más chica de lo que se esperaba por lo épico, pero aún así se vuelve entretenido a medida que va desarrollándose la trama por la interacción de sus personajes y las apariciones de símbolos de la franquicia.
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