La búsqueda de la voz interior, cueste lo que cueste
Bajo el sol nórdico de verano, un grupo de nenes descubre que tiene poderes sobrenaturales. Mientras los padres no ven, los niños comprenden que sus nuevas habilidades pueden llevarlos por caminos tan extraños como oscuros.
Por Lucas Soto
Ida (Rakel Lenora Fløttum) pellizca a su hermana Anna (Alva Brybsmo Ramstad), que se encuentra dentro del espectro autista, para ver la reacción de la misma. Anta la nula percepción de ella, Ida gira su mirada hacia la ruta, camino que la lleva hacia su nueva casa, aunque no su hogar. Siendo espectadora de cómo sus padres se enfocan en el cuidado de su hermana, y de cómo ellos la incitan a que sociabilice en su nuevo entorno, Ida decide escapar, aunque sea unas horas durante el día, de aquella realidad en donde no es más que un personaje secundario.
Tras conocer a Ben (Sam Ashraf), el sol de las vacaciones de verano toma un color más cálido y amigable, aunque no menos oscuro. Al descubrir que el niño esconde una extraña habilidad de mover pequeños elementos con su mente, las posibilidades de diversión se vuelven infinitas, como también la maldad que esconde el pequeño hacia la hostilidad que lo rodea.
Mientras tanto, a unas cuadras de distancia, Aisha (Mina Yasmin Bremseth Asheim), que se refugia en el balcón de su casa para jugar y así evitar la depresión de su madre, parece entablar relación con su amigo imaginario. Entre preguntas sutiles y respuestas inocuas, comprendemos que es la misma Anna la que conversa con ella a la distancia.
Entre conexiones mentales, dolores compartidos y habilidades que demuestran el poderío de un dolor interno creciente, los cuatro niños se entregan a la amistad, ausente de las miradas de los adultos y libre de juzgamiento alguno.
Eskil Vogt, director y guionista del film, presenta un relato sobre las fantasías que se encuentran en los rincones que se ignoran. Desde el inicio, presenciamos a los padres de las dos hermanas fuera de campo o mismo detrás de estas, con un desenfoque que los sitúa fuera de la atención que busca Ida. Absortos en sus responsabilidades y en las necesidades de Anna, los adultos presentan un mayor protagonismo en pantalla cuando intentan comprender los avances cognitivos y motores que presenta la pequeña.
De esta forma, la película nos presenta una focalización protagonista en el grupo de niños que, a pesar de las intenciones de cada uno, logra desarrollar su máximo potencial una vez que se encuentran rodeados de una libertad sin cuidados o limitaciones.
Con una planificación intimista, que invita al espectador a entregarse a las expresiones mínimas de nuestro personajes, una banda sonora construida a partir de los sonidos tanto ambientales como sobrenaturales y efectos visuales que se nutren de la sutileza de los movimientos de cámara, el viaje de los infantes a través del descubrimiento de su yo interno se transforma, paulatinamente, en una pelea por defender la voz propia de aquel peligro que amenaza con acallarlo todo.
En donde el odio y el rencor de Ben hace estragos, la comprensión y el altruismo de Aisha y Anna ponen a Ida en el medio de la tierra de nadie, en donde dos fuerzas opuestas chocan para promulgar su posición.
Durante todo el viaje que atraviesa a lo largo del film, Ida debe elegir tanto su propia voz como sus intenciones hacia el mundo que le tocó, uno en dónde acompañar y comprender es más importante, y sanador, que ser el centro de atención, sin importar el daño que se reparta para conseguirlo.
TÍTULO: Poderes ocultos
TÍTULO ORIGINAL: De uskyldige
TÍTULO ALTERNATIVO: The innocents
DIRECCIÓN: Eskil Vogt.
ELENCO: Rakel Lenora Fløttum, Alva Brynsmo Ramstad, Morten Svartveit.
GUION: Eskil Vogt.
FOTOGRAFÍA: Sturla Brandth Grovlen.
MÚSICA: Pessi Levanto.
GÉNERO: Terror. Drama.
ORIGEN: Noruega.
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