28 de marzo de 2024

La Primera Vez Temporada 1. (L to R) Emmanuel Restrepo, Brandon Figueredo, Francisca Estevez, Julian Cerati, Sergio Palau, Mateo Garcia in La Primera Vez Temporada 1. Cr Mauro Gonzalez/Netflix © 2022

La serie colombiana que bate récords

Una misteriosa muchacha llega a un colegio de hombres en la Colombia de los años setenta, rompiendo estereotipos, reglas y uno que otro corazón.


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Por Lucía Tedesco

La primera vez es una serie de Netflix producida por los cineastas Dago García y Mateo Stivelberg y cuenta las proezas de un grupo de adolescentes que se ven envueltos en una revolución hormonal, cuando se aprueba la secundaria mixta en Colombia y llega al colegio Eva (Francisca Estévez), la primera mujer. Su llegada será el punto de partida para que cinco jóvenes (interpretados por Sergio Palau, Brandon Figueredo, Mateo García, Julián Cerati y Emmanuel Restrepo) comiencen a descubrir lo bueno y lo malo de adolecer en los 70.

La producción colombiana tiene nostalgia, suspenso y comedia. Hay personas coloridas detrás de los personajes. Francisca Estévez, quien levanta en la serie la bandera de una ola feminista pasada, es una de ellas. Es la hija de la reconocida actriz Bibiana Navas (Pedro el Escamoso). Pero ya ahondaremos más en las perlas de esta joyería, cuando te enteres cuáles son las razones por las cuales no te podés perder esta serie:

El destaque de la música
La canción del inicio te prohíbe omitir la intro, porque es muy fresca. Se disfrutan muchísimo las voces de Manuel Medrano y Juliana Velásquez en la canción que lleva el mismo nombre de la serie. Es más, con esta canción Netflix inaugura su apartado de karaoke en la plataforma.
El soundtrack tiene música hecha para la serie, a cargo de los compositores Santiago y Juan Felipe Uribe Espinosa, Daniel Moreno y Santiago López. Pero también cuenta con voces de otros grandes artistas como Donna Summer y Anita Ward, que le aportan R&B y soul.
Las baladas aparecen en más de un episodio, en canciones de Camilo Sesto, Amanda Miguel, Roberto Carlos, Ángela Carrasco y Raphael. El romanticismo prima bastante en la serie, aunque también suenan algunos boleros, pop y Los Ramones.

La historia
La serie fue grabada en el centro histórico de Bogotá y en el barrio Teusaquillo para preservar la arquitectura de la época. Está ambientada en la década del 70, aunque algunos de sus looks parecieran ser más acordes a la década anterior.
La historia se remonta al momento en que la educación pasa a ser mixta y en un colegio solo de varones entra Eva, la primera mujer. Es una chica con mucha pasión por los libros y con un halo de misterio que despierta una curiosidad especial para una época sin internet.

La literatura
Cada uno de los 13 episodios de la serie tiene el nombre de un libro, obra o personajes de la literatura. Algunos de ellos son: Un cuarto propio (Virginia Woolf), La dama de las camelias, Siddhartha, Así habló Zaratustra o El guardián entre el centeno.
Otros autores de renombre, como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, Carlos Fuentes y Julio Cortázar también aparecen en las conversaciones. Las referencias literarias nunca son demasiadas y cumplen la función de atraer al espectador a grandes clásicos de la literatura.

El amor
Todo buen libreto contiene una historia de amor. En este caso, las idas y vueltas de Eva y Camilo (Emmanuel Restrepo) recuerdan lo fuerte que es el primer amor. Transmite todas las emociones e inseguridades que son intensas en la juventud. “Después de la primera vez, todo cambió”, promete y cumple.
Un factor interesante es cómo se exploraba la sexualidad adolescente en aquellos tiempos, un poco por revistas, otro poco por visitas a cabarets. Definitivamente, la serie habla mucho de lo que significa crecer.


Conversaciones que cuestionan la época
A lo largo de la serie Ana (Verónica Orozco) y José (Santiago Alarcón), que son quienes interpretan a los padres de Camilo, mantienen un diálogo constante sobre su pareja, la educación de su hijo y otras temáticas que provocarán encuentros y desencuentros entre ellos.
Sin embargo, las conversaciones que mantienen son, sin dudas, el reflejo del cambio que estaba ocurriendo a nivel social ya sea a nivel pareja o en la relación que tienen cada uno con su hijo. La forma en que Ana empieza a ampliar sus horizontes gracias al feminismo, implica que sea cuestionada la figura de “hombre de la casa” de José, colocándolo en un lugar que lo llevará a empezar a ver las cosas de otra manera (aunque la mayoría de las veces le va a costar).

El sobrino de Gustavo Cerati
Así es, el personaje que interpreta a Gustavo Pabón es Julián Cerati, sobrino del cantante reconocido a nivel internacional. Su personaje en la serie es un joven sensible y tímido. Brilla en su interpretación y te lleva a pensar que “lo que se hereda no se roba”.

La armonía visual
Los colores, el vestuario y las locaciones conviven como el cielo y la tierra en la naturaleza. La ambientación está muy bien lograda, la decoración de las casas invoca a muchos hogares de familias que han visitado generaciones siguientes y, probablemente, alguna de ahora.
La ropa de cada personaje muestra la personalidad que quiere transmitir cada uno. Se ocuparon del detalle. No parecen haber dejado nada a su suerte.

Comedia y muletillas
Las risas no faltan en La primera vez y no solo por situaciones graciosas logradas debido a los gestos de los personajes, la química entre ellos y que todos supieron aprovechar el momento de hacer reír. Sino también porque hay muletillas y contestaciones cómicas con ironía que sorprenden. Las más ingeniosas son las de Sergio Palau, que interpreta a Martín.

¿Quieren más razones para sumar a la lista? Va un plus: se va a estrenar una segunda temporada, así que no hay por qué quedarse con ganas de más. Además, los episodios son de entre 30 y 40 minutos.
“Algunas cosas son casi calcadas a como sucedió en esa época”, comentó Dago García. Tal vez es una de las razones por la que predomina la voz en off, que resta a la interpretación de los actores y, por momentos, te hace morir de literalidad.
Sin embargo, para el estilo que persigue la serie, no es una mala decisión. Con el correr de los episodios uno se acostumbra y se amiga un poco con el recurso. Lo único con lo que quizás cuesta un poco más amigarse es con las transiciones. Pero más allá de detalles que son a gusto personal, la serie promete y hace más que cumplir. Merece ser vista y disfrutada.

Se ha visto mucho cómo es la adolescencia en Estados Unidos o en el continente europeo. Es momento de empezar a empatizar con otro tipo de personajes, más cercanos y con más puntos de contacto con los latinoamericanos.


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