28 de marzo de 2024

De puertas abiertas a un mundo personal

T?TULO ORIGINAL: El azote
ACTORES: Kiran Sharbis, Facundo Saenz Sa?udo, Nadia Fleitas.
DIRECTOR: Jos? Celestino Campusano.
FOTOGRAF?A: Eric Elizondo.
GUION: Jos? Celestino Campusano.
M?SICA: Claudio Mi?o.
G?NERO: Drama.
ORIGEN: Argentina.

Carlos Agust?n Fuentes es un asistente social responsable de un Centro Asistencial para menores judicializados, ubicado en la Zona de El Alto, de la ciudad cordillerana de Bariloche. Emiliano es el compa?ero que intenta socavar el rol de Carlos a fin de ascender a su puesto. Carlos a su vez es abandonado por Anal?a, su pareja, quedando ?l solo a cargo de su madre inv?lida. El arribo de dos menores, Javier y Luis, pone en evidencia las grietas administrativas conduciendo al Centro Asistencial a una situaci?n cr?tica cuya resoluci?n no admite demoras.


Por Ayel?n Turzi

El Azote es lo ?ltimo del prol?fico director Jos? Celestino Campusano. Bueno, en realidad no es estrictamente «lo ?ltimo» porque la producci?n es casi constante: mientras esta historia llega a salas comerciales, tiene El silencio a gritos en recorrida de festivales y proyectos en curso. Una de las caracter?sticas de este director es que va recorriendo todo el pa?s para retratar problem?ticas locales, enmarcadas en sus correspondientes paisajes.

En Bariloche vive Carlos (Kiran Sharbis), un asistente social a quien la vida no le sonr?e. Su vida personal es tormentosa: su mujer se fue de su casa, su madre est? enferma y su amante amenaza con escracharlo ante los ojos de todos por impotente. Y en el ?mbito laboral tampoco encuentra la paz. Trabaja en un centro de rehabilitaci?n de adolescentes, con una serie de compa?eros que complican m?s las tareas en vez de colaborar, priorizando por ejemplo que los internos «los prefieran» gracias a peque?as manipulaciones y violaciones de las normas convenidas, objetivos que atentan contra el objetivo final del establecimiento.

La propuesta se ubica, fiel al estilo del director, cercana a una propuesta neorrealista. Locaciones reales, iluminaci?n natural, ausencia de musicalizaci?n y actores no profesionales dan forma a esta historia basada en hechos reales. El ?nfasis en las emociones del protagonista, en su devenir sentimental, sus miedos y sus convicciones son retratados con una sensibilidad que permite que el espectador se identifique con ?l a?n prescindiendo de la mayor?a de los mecanismos de identificaci?n del cine cl?sico.

La elecci?n del cast, conformado como dec?a antes por rostros desconocidos y fisonom?as por fuera del estereotipo, terminan de generar esta ilusi?n de puerta abierta a un mundo personal pero con proyecci?n universal. Carlos est? muy lejos de aparentar lo que es. De cabello negro, largo, lacio, vestido de negro y con campera de cuero, parece m?s un ?metalero? despreocupado que el tipo con convicciones y compromiso social que es. Compromiso que muchas veces elige antes que su propia vida privada. Y ac? Campusano insiste, nuevamente, sobre otro principio recurrente en su filmograf?a: las apariencias enga?an. No hay que juzgar a la gente por su aspecto exterior, uno nunca sabe qu? clase de infierno personal est?n atravesando las personas de nuestro entorno. Ese desfasaje entre lo que vemos y lo que realmente sucede es aplicable a cualquiera de nosotros, convirti?ndose en un hecho casi de militancia pol?tica: no importa en qu? parte del pa?s vivas, todos podemos tener los mismos problemas.

Algo similar ocurre con la desidealizaci?n del paisaje. Se elige Bariloche pero no se hace foco en los bosques, en los lagos, en el perfil tur?stico. Se recorren sus barrios marginados, se muestra a los chicos que viven en la calle, a los que no pertenecen a la imagen de ?lugar de ensue?o donde se vive sin preocupaciones?. Los dramas cotidianos tambi?n son reales en el para?so, simplemente, porque todos tenemos las mismas miserias y las llevaremos con nosotros donde quiera que habitemos.

Alejado de muchos recursos del cine cl?sico, narrando un peque?o momento de un peque?o personaje con gran posibilidad de ser universalizado y mostrando el lado B de uno de los paisajes m?s lindos de nuestro pa?s, podemos afirmar que Campusano lo hizo de nuevo: El azote muestra que pod?s tener una cantidad abrumadora de cosas en com?n con alguien que vive a miles de kil?metros de distancia.

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