Aquí no hay quien viva
Tras un terremoto masivo, apenas un edificio queda asentado en Seúl. Con los residentes intentando sobrevivir a la crisis nacional, hombres, mujeres y niños de diferentes lugares llegan para encontrar un techo, generando debates morales sobre su aceptación o no.
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Por Ignacio Pedraza
Hasta dónde llega la beneficencia y la empatía con el prójimo es una pregunta que parece desarrollarse en el nuevo proyecto de Tae-hwa Eom en Sobrevivientes: después del terremoto (Konkeuriteu yutopia, 2023) donde la destrucción del mundo está a la vista y los residentes del único edificio de Seúl en pie deben tomar medidas drásticas.
Luego de una introducción propia de un video institucional de una empresa de edificación –y también un palo por lo alto a la construcción indiscriminada-, el bloque Hwang Gung parece ser el único que se mantiene con vida tras un terremoto masivo en el territorio coreano.
Intentando sobrevivir con las escasas raciones, el joven matrimonio de Min-Sung (Park Seo-joon) y Myung-hwa (Park Bo-young) observan la llegada de cientos de ciudadanos buscando un techo para alejarse de la tierra arrasada y el supremo frío del exterior. Ante esto, el consorcio debe unirse y tomar cartas en el asunto: ¿política de puertas abiertas para que se alojen o total restricción a cualquiera ajeno al edificio? A través del nuevo organigrama que deciden los propietarios para una mejor organización, las acciones no se hacen esperar y traerá consecuencias fatales.
Si uno parte desde la premisa –y por cómo se vende la producción- podría esperar un nuevo trabajo catastrófica para completar el calendario con un género que siempre funciona en la pantalla grande con el sello de Roland Emmerich. Sin embargo, el director y guionista –escribiendo junto a Lee Shin-ji y Kim Soong-nyung– decide posicionar su proyecto en una primera parte desde la sátira y con tono cómico que puede llamar la atención, donde parece no tomarse en serio a sus personajes ni la situación para alejarse del cliché, con una convivencia casi propia de la reconocida serie española y de subsistencia concerniente a las aventuras de Katniss Everdeen.
En contrapartida, a partir de la segunda mitad el relato se vuelve más dramático a tono con los sucesos que se vuelven aún más retorcidos para el crucial contexto en sí, donde también intenta abordar la problemática en su esplendor, y donde no logra salir de lugares comunes que podían anticiparse. La musicalización de Kim Haewon es una comprobación a los diferentes estados del film.
Sobre esto, la producción coreana se toma su tiempo para retratar algunos flashbacks previo a la catástrofe para algunos de sus personajes, algunos con más sentido que otro pero en fin redundante, ya que el intento por complejizar las características de los mismos no resulta tan interesante como la trama principal. En la idea de ampliar el registro de cada uno de ellos resulta mejor parado el cabecilla Yeong-tak (Lee Byung-hun, quizá el más destacado del reparto), funcional para darle algunas vueltas de tuerca a la historia.
Hay un segundo punto que es inevitablemente consecuente con lo anterior: tanta información, apática a diferencia de la supervivencia, vuelve el relato un tanto desgastado y su duración de 130 minutos se siente, especialmente en su cierre.
Saliéndose un tanto de lo habitual, el largometraje logra destacarse con atributos propios, pero tampoco cuenta con altísimo vuelo y podría posicionarse con una tenue crítica más al ser humano y hasta a la política; aunque no deja ser una buena salida para disfrutar en la sala.
TÍTULO: Sobrevivientes: Después el terremoto
TÍTULO ORIGINAL: Konkeuriteu yutopia
TÍTULO ALTERNATIVO: Concrete utopia
DIRECCIÓN: Tae-hwa Eom.
ELENCO: Lee Byung-hun, Park Seo-joon, Park Bo-young.
GÉNERO: Drama. Acción.
ORIGEN: Corea.
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